Calle Polvorín tiene pintoresca historia y personajes famosos

Calle Polvorín tiene pintoresca historia y  personajes famosos

Calle Polvorín, entre las calles Mercedes y Juan Isidro Pérez. No tiene rótulos.

La calle Polvorín, que debe su nombre a un antiguo depósito de armas y municiones que existió allí para suministrar a las fortalezas cercanas, es también histórica porque en ella se instaló un moderno mercado a finales de 1880; se colocaron pararrayos por mandato de la reina Isabel II, en 1864, y porque en ella residió breve tiempo el expresidente Juan Bosch. Su padre, José Bosch, tenía en la vía un negocio de aves de corral y de huevos y figura en una reseña de 1940 denunciando un robo.

El mercado fue obra del médico venezolano Carlos Arvelo, que lo inauguró en diciembre de 1888 con el nombre de “27 de Febrero”, llenando “una urgente necesidad en nuestra capital”.

“El antiguo Polvorín ha desaparecido. Allí donde se encontraba este arruinado edificio y un solo umbrío sirviendo de guarida al vicio en todas sus manifestaciones y de depósito de todo género, se levanta hoy un hermoso mercado”, publicó el periódico El Eco de la Opinión.

Destacó la presencia del arzobispo Fernando Arturo de Meriño; Pedro Garrido, ministro de Fomento;del presidente del Ayuntamiento, Juan de Simonó, entre otros. El acto estuvo amenizado por la banda de música que dirigía Manuel Vallejo. El ingeniero Gabriel Carranza dirigió los trabajos de la construcción.
Arvelo declaró que la obra la reclamaba “el progreso de la ciudad, el ornato público, los cuidados de la higiene social…”.

Manuel de Jesús Mañón describe El Polvorín como un enorme caserón de piedra de sillería, el más grande de la ciudad, que abastecía de pólvora y municiones a la Puerta del Conde “y demás baluartes de la Sabana del Rey, hasta el Fuerte del Matadero o de San Gil”. Arvelo aprovechó su amplio espacio y sus altos techos.

“Aquella vetusta edificación colonial ocupaba el lado Oeste, es decir, donde está hoy la empresa funeraria Blandino y casas anexas”, afirmó en Listín Diario el 15 de marzo de 1986.

El pueblo también llamó al Polvorín Fábrica de Pólvora, y al mercado, Plaza Nueva.

Carlos Arvelo vivía en el país “un ostracismo prolongado” que los dominicanos dulcificaron, expresó. Dedicó la obra a la memoria de su esposa Ramona Goiticoa, fallecida en Santo Domingo en 1883 y sepultada en la iglesia del exconvento de los dominicos. Él tuvo un segundo matrimonio. Murió el ocho de junio de 1891. Su cadáver fue inhumado en el mismo templo.

Don José Bosch. No se especifica desde cuándo estableció su negocio don José Bosch ni si tenía su residencia, además, en la calle Polvorín, lo cual es muy probable, pues Alemar significa que luego de extinguido el Mercado Nuevo, fueron construidas en su amplio solar “magníficas casas”.

Rafa Gamundi visitó a Juan Bosch en la Polvorín a su regreso del exilio y recuerda la vivienda donde se hospedaba, de mampostería y madera, “humilde, pero limpia, pequeña, muy respetada por la comunidad. Vivían en ella Angelita Bosch y don Pipí Ortiz, su esposo, que eran los dueños. Don Pipí era banilejo, tenía un colmado en las cercanías”.

Gamundi y Bosch fueron llevados a una pequeña habitación donde les colocaron dos sillas para el encuentro, que coordinó Virgilio Gell, de la seguridad del exgobernante.

El 18 de julio de 1940, don José Bosch, de 68 años, y residente en la calle Polvorín, se querelló contra Elpidio de Jesús Núñez porque le proporcionó huevos y gallinas valorados en $21.75, para que los vendiera y él le pagaría una comisión. Pero el sujeto desapareció. Contaba 36 años, era soltero, de Guayubín, y declaró a Bosch tener domicilio en la Emilio Prud Home 62.

Cuando lo apresaron, Elpidio respondió: “Es cierto lo que ha dicho el señor Bosch. Me entregó veintiún pesos con setenticinco centavos y me tentó el diablo y fui a jugarlos, con tan mala suerte que perdí…”.

La policía manifestó que para que Elpidio no jugara “fue guardado en la cárcel preventiva y sometido a la justicia”.

La calle. Fue denominada Callejón del Polvorín desde época muy lejana pero Luis Alemar sitúa su antigüedad en 1879 “cuando el Concejo Municipal, por su resolución del 22 de septiembre de ese año acordó arrendar al fin las 31 varas de frente de los terrenos situados frente al Polvorín, al lado Este, pero expresamente dejándose libre un callejón entre el edificio y la propiedad de Francisco Velásquez, vecino más cercano”. Unos ubican la vía en San Miguel, otros en Zona Colonial.

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