Camioneros que apoyan al presidente brasileño Jair Bolsonaro bloquearon cientos de carreteras en la madrugada del martes para protestar por los resultados de las elecciones del domingo, en las que el mandatario fue derrotado por el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Desde la victoria de Lula el domingo por la noche, muchos camioneros han atascado el tráfico en zonas de todo el país, alegando que no reconocerán la derrota de Bolsonaro.
El mandatario no ha hablado públicamente desde que se difundieron los resultados oficiales hace aproximadamente 36 horas, ni le llamó a Lula para admitir su victoria.
La carretera hacia y desde el aeropuerto internacional de Sao Paulo, el estado más poblado y con la economía más grande de Brasil, fue bloqueada y se cancelaron decenas de vuelos. Las redes sociales difundieron videos que mostraban a los viajeros caminando con sus maletas por la noche a lo largo de la carretera hacia el aeropuerto.
El acceso se restableció parcialmente a partir de las 8 de la mañana. En el vecino Minas Gerais, un estado clave durante las elecciones, un video en redes sociales mostró a un manifestante diciéndole a un reportero de O Tempo: “No nos detendremos mientras no tengamos una respuesta de nuestro presidente”.
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El hombre, que vestía una camiseta verde y amarilla —los colores de la bandera brasileña y del movimiento conservador de la nación— afirmó que la elección fue “fraudulenta” y advirtió que habrá más protestas. “Queremos a Bolsonaro en 2023 y durante los años que siguen”, agregó.
En 2018, una huelga de camioneros de 11 días paralizó Brasil, provocó un aumento en los precios de los alimentos y dejó los estantes de los supermercados sin productos mientras las gasolineras se quedaron sin combustible.
La protesta causó pérdidas multimillonarias y reveló el gran poder que poseen los conductores de camiones, particularmente cuando se organizan a través de las redes sociales. Bolsonaro, legislador en ese momento y meses antes de ganar las elecciones presidenciales de ese año, era un partidario abierto de los camioneros, que se convirtieron en una base electoral suya.
Este año, su gobierno limitó los impuestos interestatales al combustible a fin de ayudar a bajar los precios y lanzó un programa de ayuda financiera para los camioneros justo antes de la campaña electoral presidencial. La mayoría de los jueces del Supremo Tribunal Federal votó el martes temprano para ordenar a la policía federal de caminos que despeje de inmediato las carreteras bloqueadas.
La votación aún se estaba llevando a cabo a las 9 de la mañana, pero la página web de la corte publicó resultados parciales. Hasta las 8 de la mañana del martes, la policía de caminos había retirado casi 200 bloqueos, según el Ministerio de Justicia. Los fiscales federales en los estados de Sao Paulo y Goiás dijeron que habían abierto investigaciones sobre los bloqueos.
El Partido de los Trabajadores de Lula acusó a la campaña de Bolsonaro de desplegar la fuerza policial para crear atascos de tránsito e impedir que la gente votara el día de las elecciones, luego de que se difundieron videos en las redes sociales de agentes deteniendo autobuses.
El partido denunció que esos presuntos esfuerzos se centraron particularmente en el noreste, que es un bastión del Partido de los Trabajadores. Alexandre de Moraes, quien preside la autoridad electoral de la nación, dijo que los votantes sí llegaron a las urnas y que los retenes de la policía simplemente los demoraron.
Ordenó la suspensión inmediata de todos los operativos de la policía de caminos. Bolsonaro perdió la contienda por un margen muy estrecho, al obtener el 49,1% de los votos frente al 50,9% de Lula. Ha sido la carrera presidencial más reñida desde el regreso de Brasil a la democracia hace más de tres décadas.
Al igual que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, Bolsonaro cuestionó repetidamente la confiabilidad del sistema electoral del país, alegando que las máquinas de votación electrónica son propensas al fraude.
Nunca aportó ninguna prueba, ni siquiera cuando se lo ordenó el tribunal electoral. El presidente de extrema derecha admira abiertamente a Trump. Decenas de periodistas de medios nacionales e internacionales permanecieron acampados frente a la residencia presidencial en la capital, Brasilia, a la espera de cualquier indicio de que Bolsonaro pudiera hablar sobre las elecciones o los bloqueos de carreteras.