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MOSCÚ. Los camiones mugrientos que recorren las polucionadas calles de Moscú han inspirado un nuevo tipo de arte callejero en la capital rusa.
Cuando Nikita Golubev ve un camión blanco sucio, lo usa como lienzo para sus dibujos. Con la mano enguantada, crea enormes palomas en la parte trasera del vehículo.
Un rostro con ojos de reptil aparece atrás de una van blanca cubierta por tanto polvo que ni siquiera puede leerse la placa del vehículo. Surfistas se asoman a los lados.
Pero ninguno de estos dibujos dura.
«Todo lo borra la primera lluvia», dice Golubev. «Se va y no queda nada».
Sus creaciones son preservadas solo en las fotos que toma y publica en Instagram, donde ha conseguido un grupo de seguidores. Firma sus obras Pro Boy Nick.
Golubev piensa que a la gente le gustan sus creaciones porque son provisionales. «Es arte solo por diversión», dice.
