No son nuevos los ataques foráneos para amedrentar a los millones de turistas que actualmente visitan la República Dominicana. Tampoco son novedosos los lamentables accidentes e incidentes delictivos que suelen ocurrir en las instalaciones hoteleras de nuestros atractivos polos turísticos.
La novedad, sin embargo, estriba en haber descubierto que el turismo externo representa la imagen nacional y que el único camino para defenderla y preservarla es ejerciendo la solidaridad interinstitucional, mancomunado al empresariado, la clase política, los medios de comunicación y la sociedad civil organizada. Una defensa como la propuesta por Cazar DDB, puesta a circular entre empresarios, políticos y medios de prensa, la cual sugiere asumir la defensa del turismo como un estandarte patriótico.
Creo que determinados competidores atacan al país porque estamos en plena expansión. Si fuésemos una nación inviable mereceríamos la conmiseración internacional y las críticas por no hacer nada para superarnos. Pero podemos blasonar que somos una nación en desarrollo y crecimiento constantes, tanto de las empresas como de las personas.
A modo de ilustración y en términos de seguridad, citaré unos datos suministrados por el Ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, en su reciente comparecencia ante la Cámara Americana de Comercio. Ninguna ciudad dominicana figura entre las 50 más violentas de Latinoamérica y el Caribe, según el Informe del BID 2018. Nueva Orleans, la menos violenta, tiene una tasa de criminalidad de 36. 8 homicidios por cada 100,000 habitantes, mientras que la RD es de 8.6%, cuatro veces menos que la ciudad norteamericana. Igualmente, el año 2011 ocurrieron 2.017 homicidios en la RD y el año pasado 2018 se produjeron 1,068 crímenes, una reducción de casi el 50% en los últimos 8 años.
Defender el turismo es una necesidad nacional.