La vulgar y despiadada manera que vemos se desarrolla el presente tramo político en muchas de nuestras ciudades, incluyendo la provincia Hermanas Mirabal, es algo que más que pena nos llena de vergüenza.
Tanto la campaña negativa como la sucia, están a la orden del día, ante el asombro de una población que como marionetas se ha dejado influenciar por esos arquetipos comunicacionales, los cuales han tomado como escenario para defecar todas esas negatividades, a las redes sociales.
Campaña negativa
La campaña negativa es aquella cuyo objetivo principal es atacar al candidato contrario para que este pierda adeptos y el triunfo de quien dirige el ataque casi siempre desde la sombra, sea más fácil de lograr.
Esta mayormente se circunscribe en lo que tiene que ver con la puesta en marcha de una programación bien definida para de una manera o de otra descalificar al candidato sobre el cual se dirige dicha campaña, minimizando así las posibilidades del triunfo y sobre todo, reduciendo la apreciación de los electores con relación a la simpatía anteriormente mostrada.
La campaña negativa es muy común en nuestros pueblos y países tercermundistas, ya que de esta se derivan toda una serie de conjeturas que podrían ir desde los errores que comete tal o cual candidato, para esta manera echárselo en cara, hasta la falta de preparación para ocupar la posición a la que este bien podría aspirar.
Encierra dentro de sí todo un espiral de temor al bando sobre el cual están dirigidos los dardos, es decir, en contra de quienes se propician estos anti éticos actos, debido al arrastre que tienen las víctimas.
Podrías leer: PRM y FP en la mirilla
Campaña sucia
Esta es engendrada por mentes perversas, dañinas antiéticas e inmorales, las cuales en base a calumnias o mentiras, fabrican todo un dispositivo de maldad para a través de las mismas desacreditar las posiciones políticas contrarias.
Tanto la campaña sucia como la negativa abundan más durante los momentos electorales con escritos e imágenes dañinas y perversas, las cuales buscan deteriorar y lacerar hasta más no poder, las reputaciones de personas, solo por el hecho de no comulgar con ciertas propuestas.
Los mayores espacios por donde abundan estas perversidades son a través de las redes sociales, las cuales se han convertido en un terrible océano por donde abundan tipejos sin moral ni nada sano en el cerebro.
Quienes hacen uso para atacar a los contrarios a través, tanto de la campaña sucia como de la negativa, en la gran mayoría de las ocasiones son muchachos de mandados que seducidos por «patrones» políticos o » estrategas» de la maldad, envían clara señales para destruir al contrario en base como hemos venido exponiendo, a todo un vendaval de mentiras, calumnias, y mediante la instauración de una fábrica de falacias, lanzar todo tipo de dardos envenenados en contra de quien bien podría estar en la línea del triunfo de ese conglomerado.
Tanto el estratega del diseño como del que paga para poner a correr dichas campañas actúan bajo la sombra. En la mayoría de las ocasiones sus nombres muy pocas veces salen a relucir, prevaleciendo, en nuestros casos, aquellos que se hacen llamar comunicadores, periodistas, fotorreporteros, y hasta se dan el título también de “politólogos” y analistas etc…
Dan asco y náuseas, estos se hacen llamar profesionales de una carrera que como la comunicación o la misma política como ciencia, dista mucho de sus malsanos propósitos..
Estos guardan muy bien su imagen ante la sociedad que los rodea, pretendiendo así mantener una postura elegante y sobria, no dañina, pero sobre todo actúan con cierta ecuanimidad para con esto dar a demostrar previas recomendaciones de los estrategas al servicio de estos dañinos actos, que son respetuosos.
Generalmente, quien paga para llegar a ocupar ciertas posiciones de poder político en base al demérito de los contrarios, en la mayoría de las ocasiones, mantienen o resguardan de manera muy celosa su imagen, es decir, que se “conservan alejados” cuando en realidad estos (la persona que paga para dichas acciones), son los motores que encienden con sus recursos económicos esta innoble práctica.
En el diseño y la ejecución tanto de las campañas sucias como de las negativas están por el medio dos factores de primerísimo orden, que junto a las redes sociales tienden a jugar un estelarisimo papel dentro de este esquema, y son los medios de comunicación y el factor dinero, sobre todo los primeros, los cuales y teniendo como base al segundo suelen convertirse en agentes multiplicadores de ofensas y mentiras, para de esta manera tratar a como dé lugar de conseguir lo propuesto.
Da pena y náusea (repetimos), ver cómo nuestra sociedad se debate en medio de una vorágine que más que otra cosa deberían llevar nuestros aspirantes a las diversas posiciones, propuestas de desarrollo a nuestras comunidades, y no debatir a través de mentes perversas y malditas, la división de nuestras colectividades, olvidando que esos que hoy reciben esos chelitos y que usurpando una carrera que ni por asomo conocen, más temprano que tarde estos podrían quedar atrapados en las patas de un caballo…..miserables…!!!!.