La academia Las Palmas, en Guerra, construida por los Dodgers de Los Angeles, a solicitud de Rafael Avila, donde han surgidos destacados jugadores, entre los cuales figura Pedro y Ramón Martínez. Carlos Alonzo
Rafael Ávila, trabajó sin descanso para desarrollar el béisbol en el país y captar a jóvenes que buscaban llegar al estrellato de las grandes ligas, con Los Dodgers
Rafael Ávila fue un visionario que se enamoró de la República Dominicana, razón por la cual se dedicó a tiempo completo a desarrollar el béisbol y captar a jóvenes prospectos que fueron firmados y que llegaron a las Grandes Ligas, además de ser el ideólogo de la construcción de la primera academia de béisbol, donde han desfilados miles de jóvenes que encontraron un lugar para mostrar su talento.
Avila, hombre de confianza de Peter O’Malley, presidente por varios años de los Dodgers de Los Angeles, equipo que más ha aportado en favor de lo jóvenes dominicanos con la ilusión de llegar a las grandes ligas, donde logró la construcción de la academia de béisbol en Guerra, un legado dejado por Avila para el desarrollo del béisbol en el área.
El nativo de Cuba, pero aplatanado dominicano, por más de 50 año es uno de los hombres que mayores aportes han hecho al béisbol en República Dominicana, falleció el pasado lunes en la ciudad de Miami a los 92 años.
De la academia Las Palmas, han surgido estelares jugadores que han brillados en las grandes ligas, donde Avila mostraba con orgullo la firma de Pedro Martínez, que llegó muy joven a Guerra, con un cuerpo que no mostraba que llegaría a ser un súper atleta, pero Los Dodgers trabajaron para formarlo físico y mental, con la finalidad de confiar en su deseo de llegar a las mayores.
Muy pocas personas pensaban que 40 años atrás, en un lugar apartado de los lugares poblados y sin facilidades para llegar en autos, pero Avila siguió trabajando y O’Malley, confió con los ojos cerrados y ahí está la primera academia millonaria, con los estándares de grande ligas, se recuerda que el estelar receptor de los Angeles, Mike Piazza es fruto de la academia Las Palmas, con los entrenamientos del exreceptor Pablo Peguero,
Luego del éxito de Avila y Los Dodgers, todos los equipos han construidos academias, en Boca Chica y lugares cercanos.
Avila tuvo una excelente relaciones con la prensa deportiva, cada año invitaba más de 25 cronistas deportivos al campo de entrenamientos de los Dodgers en Vero Beach, Miami, representando a Santiago, La Vega, San Francisco de Macorís, La Romana y Santo Domingo.
Nativo de Camagüey, Cuba, llegó al país en el 1970 como escucha de los Dodgers de Los Ángeles y fue tal su identificación que se consideraba dominicano.
“Nací en Cuba y soy ciudadano de Estados Unidos. Pero en el fondo de mi corazón soy dominicano”, solía decir Ávila en círculos de amigos y también cuando era entrevistado por cualquier medio.
Este legendario hombre de béisbol padecía de Alzheimer desde hace unos años y residía en Pembroke Pines, en las afueras de Miami, Florida.
Le sobreviven su esposa doña Gloria y sus hijos Rafael y Alberto (Chungo). Este último fue pelotero profesional y gerente de los Tigres de Detroit por espacio de 6 años, hasta el año pasado.
Ávila fue gerente y mánager interino de los Tigres del Licey, organización en la que cosechó una gran amistad con su emblemático presidente Domingo Pichardo (Monchín). La tríada la completaba Tom Lassorda, quien en dos ocasiones dirigió al conjunto azul. Esas relaciones con Pichardo y Lasorda, una figura de gran peso en los Esquivadores, posibilitó que Steve Garvey, Bill Russell, Orel Hershisher y Bobby Valentine, para solo citar algunos de los grandes prospectos de la franquicia, reforzaran a ese club en las décadas del 70 y 80.
Asistido por Elvio Jiménez, Pablo Peguero, Eleodoro Arias y Luis Ángel Montalvo, salieron los lanzadores Ramón y Pedro Martínez, Pedro Julio Astacio, Juan Guzmán, Alejandro Peña, Bálbino Gálvez, Félix Rodríguez y José Parra.