Enojados, desconcertados y luchando por sacar el lodo de sus casas, se encontraban ayer los residentes del sector Arroyo Bonito de Manoguayabo, en Santo Domingo Oeste, debido a que la cañada que dejaron a medio construir las autoridades rebosó su capacidad, inundando gran parte de las viviendas.

Y es que cada vez que llueve, toda esa agua que viene desde los barrios de San Miguel y Villa Colina arrastra la basura que arrojan en la cañada conocida como La Malanga, la cual termina amontonándose en la pequeña alcantarilla del destartalado puente de Arroyo Bonito.

“Esto es cada vez que llueve”, dijo impotente Victoriano Gómez, pues no solo sufre el efecto de la inundación, sino porque también cuando construían la cañada, el ingeniero Javier Ledesma representando a la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD), le tumbó la pared que protegía su casa, pero nunca terminaron la cañada y mucho menos su pared.

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Recostada de una pared observando el tétrico panorama, estaba Bárbara Francisco, quien de inmediato exclamó: “Desde que cae un chin de agua, todo esto se desborda. No tiene que haber tormenta, solo un chin de agua”, reitera con preocupación.

Con voz altisonante Cecilio Morillo Beltré explicó que el túnel del puente es muy estrecho, pues solo tiene algo más de 2 metros para que el agua pase y cuando crece la cañada la amplitud es como de 12 metros y cuando viene con los desechos y basura, se tapa completamente.

“Yo tengo 40 años aquí y esto nunca se llenaba de esta manera. Ahora se afectan unas 2 mil casas, porque el puente esta a nivel de la tierra tapado de basura y escombros”, agregó Morillo Beltré quien destacó ser un defensor de la gestión de Luis Abinader y del alcalde Francisco Peña.

Otro que contó su incertidumbre de vida con cada nublado en el cielo, fue Manuel Emilio Ramírez, quien es fundador de la zona. Cuenta que los ingenieros de la CAASD en coordinación con la Presidencia de la República “dejaron la obra por la mitad”.

“Si viniera por lo menos con una pala y sacan la basura acumulada, por lo menos no se desborda”, advirtió Ramírez.

La técnica que adoptan los residentes de Arroyo Bonito es que cada vez que llueve, comienzan a “encaramar los trastes” y quedarse a sacar agua para que no se le dañen lo poco que tienen.

¿Y las autoridades?

En su respuesta, casi todos los lugareños coinciden en que, las autoridades, tanto gubernamentales como municipales, solo aparecen en tiempos de campaña, “con una discolai a buscar votos”, pero en las desgracias, ni miran para el empobrecido sector.