Más miseria y desolación dejaron las crecidas de ríos, arroyos y cañadas en barrios como Juan Guzmán en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, así como en Nuevo Amanecer, a la altura del kilómetro 18 de la autopista Duarte, en el municipio Los Alcarrizos, bañado por el Arroyo Lebrón.
A esto se agrega el estado deplorable de la calle principal, prácticamente intransitable en el sector Juan Guzmán, donde hasta los estudiantes confrontan serias dificultades para llegar a la escuela y cuando llegan enlodados son víctimas de burla por sus compañeros.
La cañada Arroyo Bonito, donde murieron ahogados cinco miembros de una familia el sábado 17 de noviembre, rodeó el barrio Juan Guzmán, donde habitan más de mil familias que ahora ven profundizar su estado de miseria, en un lugar donde nunca ha intervenido el gobierno.
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Un viacrucis
Merari Jean, de la calle Hipólito García, narra las vicisitudes que pasó durante el desbordamiento de la cañada, a tal punto que vio navegar el refrigerador y la lavadora, así como colchones y otros ajuares mientras tenía el agua al pecho.
Indica que tuvo que cargar a su padre, Reymon Jean, de 87 años, discapacitado y que ahora padece de otras dolencias, para poder salir con vida.
Reymon es un maestro constructor y pastor evangélico que laboró en el Estado por más de 25 años, espera con ansia una pensión para poder vivir los pocos años de vida que les quedan. Fue observado tirado en el piso húmedo de su humilde casita en un pequeño colchón luego que fuera dado de alta en el hospital Marcelino Velez.
Tiene una iglesia en construcción en el lugar, pero ya sus fuerzas no alcanzan para continuar, por lo que su hija Mireri solicita ayuda para terminar el templo por el que tanto luchó su padre y que no quiere morir sin verlo terminado.
Mireri plasmó en un cuadro unos versos que resaltan la personalidad del presidente Luis Abinader, pero también de su fallecido padre, José Rafael Abinader, pero no ha tenido la oportunidad de entregárselo, por lo difícil que es llegar hasta el mandatario.
Otero Ogando, un motoconchista del lugar exige con urgencia que las autoridades limpien la cañada, tras considerar que los residuos y el sedimento provocan que esta se desborde y encierre todo el barrio cuando se producen fuertes lluvias.
César González invita a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) iniciar el proyecto de saneamiento de cañadas con lo que se lograría que cuando se desborden afecten lo menos posible a quienes viven en la zona.
Felicia de Jesús Hernández solicitó al presidente Abinader que saque a las familias del lodo que lo rodea, lo que incrementa el estado de pobreza en que se desenvuelven.
“Es la comunidad entera, Señor presidente, que está llena de lodo y agua, aquí perdimos todo lo que teníamos; mande una comisión que nos estamos volviendo locos, usted sabe que soy suya”, expresó.
Rosa Aura Castillo, madre de dos niños, también vive en la calle G, quedó prácticamente a la intemperie, ya que el arroyo barrió con sus ajuares, ahora teme el brote de enfermedades como dengue y otros males debido a las aguas acumuladas y la podredumbre. Soraya Aquino, habita en la calle principal de Juan Guzmán, alojó a más de 20 personas expulsadas por el afluente durante las fuertes lluvias del fin de semana del 16 al 19 de noviembre. Solicita ayuda a las autoridades para prácticamente todos los habitantes del lugar cuyas viviendas quedaron bajo las aguas del arroyo.
Dervin Nova, propietario de almacén de madera para vaciar concretos, narra que las laguas provocaron pérdidas de más de medio millón de peso, por lo que confía que ser auxiliado por el gobierno.