El cáncer de piel es definido como el crecimiento anormal de las células de la piel y existen tres tipos principales : carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y melanoma.
Puedes reducir el riesgo de padecer cáncer de piel limitando o evitando la exposición a la radiación ultravioleta (UV). Revisar la piel para detectar cambios sospechosos puede ayudar a detectar el cáncer de piel en sus estadios iniciales. La detección temprana del cáncer de piel te brinda la mayor probabilidad de que el tratamiento del cáncer de piel sea exitoso.
A continuación Mayo Clinic te regala 7 recomendaciones para prevenirlo:
- Evita el sol durante el mediodía. Para muchas personas en Norteamérica, los rayos solares son más fuertes entre las 10 a. m. y las 4 p. m. Programa actividades al aire libre para otros momentos del día, incluso en invierno o cuando el cielo esté nublado. Durante todo el año absorbes radiación UV, y las nubes ofrecen poca protección contra los rayos nocivos. Evitar el sol cuando esté más fuerte ayuda a evitar las quemaduras solares y el bronceado que causan daños en la piel y aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel. La exposición solar acumulada con el tiempo también puede causar cáncer de piel.
- Usa protector solar todo el año. Los filtros solares no filtran toda la radiación UV perjudicial, especialmente la radiación que puede provocar un melanoma. Pero desempeñan un papel importante en un programa general de protección solar. Usa un protector solar de amplio espectro con un FPS de al menos 30, incluso en días nublados. Colócate abundante cantidad de protector solar, y vuelve a aplicarlo cada dos horas —o con más frecuencia si estás nadando o transpirando—. Usa una cantidad generosa de protector solar en toda la piel expuesta, incluidos labios, punta de las oreja, palma de las manos y la parte posterior del cuello.
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- Usa ropa de protección. Los protectores solares no brindan una protección completa contra los rayos UV. Por lo tanto, cubre la piel con prendas oscuras y de tejido ajustado que protejan los brazos y las piernas y un sombrero de ala ancha, que brinda más protección que una gorra de béisbol o una visera. Algunas empresas también venden ropa fotoprotectora. El dermatólogo puede recomendar una marca adecuada. No olvides las gafas de sol. Busca las que bloquean ambos tipos de radiación UV: los rayos UVA y UVB.
- Evita las camas solares. Las luces usadas en las camas solares emiten radiación UV y pueden incrementar el riesgo de padecer cáncer de piel.
- Ten cuidado con los medicamentos fotosensibilizantes. Algunos medicamentos recetados y de venta libre comunes, incluidos antibióticos, pueden hacer que la piel sea más sensible a la luz solar. Pregúntale al médico o al farmacéutico sobre los efectos secundarios de cualquier medicamento que tomes. Si aumentan la sensibilidad a la luz solar, toma precauciones adicionales para permanecer lejos del sol para protegerte la piel.
- Controla la piel regularmente e informa los cambios a tu médico. Examínate la piel frecuentemente para comprobar si hay nuevos bultos o cambios en lunares, pecas, protuberancias y marcas de nacimiento existentes. Con la ayuda de espejos, revisa el rostro, el cuello, las orejas y el cuero cabelludo. Examina el tórax, el tronco y la parte superior e interior de los brazos y manos. Examina tanto la parte frontal como posterior de las piernas y los pies, las plantas de los pies y los espacios entre los dedos. Revisa también la zona genital y entre los glúteos.
Cuándo debes consultar con un médico
Programa una consulta con el médico si adviertes cambios en la piel que te preocupen. No todos los cambios en la piel son a causa de cáncer de piel. El médico investigará los cambios en tu piel para determinar la causa.