Canódromo es un problema medioambiental. Independientemente del abominable incidente contra el Defensor del Pueblo, el Centro de Retención de Vehículos de la Digesett, situado en los 154,218 metros cuadrados donde funcionó el Canódromo El Coco, en la avenida Monumental casi República Colombia en el Distrito Nacional, ya los ciudadanos de los residenciales Jardines del Fresno, Amelia, Los Andes, Piscis, Ciudad Real, Villa Claudia y los barrios Los Peralejos, Las Flores y Los Girasoles, venían reclamando a las autoridades nacionales y municipales, la erradicación de este depósito de más de 15 mil chatarras de motocicletas y vehículos, que sirven de madrigueras a ratas y sabandijas nauseabundas. Para colmo, el dantesco lugar colinda con el Hospital municipal Dr. Jacinto Mañón.

Se sugieren dos soluciones: primera, contratar con una empresa metalúrgica que triture in situ estos cacharros, reutilizándolos. Segunda: construir allí un modelo de parque ecológico para la enseñanza y el esparcimiento.

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Con una superficie territorial de 170 Km2, una población de 1,136,494 habitantes y 714,174 electores, Santo Domingo Este constituye la tercera ciudad de importancia de la República Dominicana, razones más que suficientes para que el partido oficial y aliados, emplacen todas sus artillerías para mantener la preferencia en esta connotada plaza política.

Actualmente el principal dolor de cabeza de las autoridades edilicias consiste en el retiro y deposito final de 1,200 toneladas diarias de desechos sólidos.

En julio del 2021 la Dirección de Programas Especiales de la Presidencia intervino el municipio para conjurar la contaminación reinante. El Ayuntamiento compró 15 camiones de 14 toneladas y 10 de seis, que resultaron insuficientes. Continúa latente y se agudiza la ubicación del destino final de los desperdicios.

Por lo tanto, urge al Gobierno meter la mano, tratando este municipio con ternura, hasta eliminar el derroche de basura.