Avenidas Máximo Gómez con Jhon F. Kennedy, Distrito Nacional. en horas picos de la mañana y de la tarde. Elieser Tapia.
El urbanista Cristóbal Valdez considera que congestión y otros males DN es porque todo está concentrado en el centro, lo cual obliga a ciudadanos a acudir a ese punto
Los graves problemas del tránsito, ocupaciones de espacios públicos, inundaciones y otros males que impactan de manera principal al Distrito Nacional, aunque también a los demás municipios del Gran Santo Domingo, es por el desordenado crecimiento sin la planificación y gestión debida por parte de las autoridades, ha planteado el arquitecto urbanista Cristóbal Valdez.
Atribuye el congestionamiento del tránsito en el Distrito Nacional a que las principales fuentes de empleos, educación, salud y otras, se concentran en este lugar.
Advierte que tal problema no se resolvería con la construcción de nuevas vías ni colocando más unidades, sino mediante un correcto uso de suelo.
Se calcula que aproximadamente 3.5 millones de personas se movilizan diariamente entre el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Según el ingeniero Onéximo González, experto en el tema, el 80% del congestionamiento del tránsito se debe al exceso de carros del cocho, guaguas destartaladas y el auge del moto conchó que surge por la falta de un eficiente sistema de transporte público.
Cristóbal Valdez pone como ejemplo la sede principal de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ubicada en seis cuadras del DN, a donde acuden más de 140 mil estudiantes y profesores, quienes demandan una enorme cantidad de de vehículos para llegar y luego regresar a sus hogares.
A esto agrega dos hospitales oncológicos en la misma zona universitaria, pero un poco más retirado, el hospital infantil Robert Reid Cabral, centros estos que reciben personas de todas partes de la República Dominicana y que llegan a través de carros, autobuses, minibuses y moto Conchos.
Pero también las principales universidades privadas están ubicadas en la ciudad, así como más de 100 colegios privados cuyos estudiantes son transportados por carros, lo cual provoca grandes taponamientos en las horas de entrada y salida.
Deplora que desde hace décadas los urbanistas plantean la necesidad de que las autoridades identifiquen el problema que causa la concentración de instituciones públicas, como universidades y otros centros educativos, así como grandes centros comerciales, sin que hagan caso.
Calidad de vida
Lo peor de todo, advierte, es que cuando se habla de mejorar las vías, no es con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en ellas o en sus alrededores, sino para que otros se muevan más cómodos en sus vehículos.
Explica que las ciudades no son para que los carros vayan y vengan de un extremo a otro, sino para mejorar la calidad de las personas, pero en la de Santo Domingo se hace todo lo contrario.
Lamenta que no exista el interés de las autoridades locales en gestionar adecuadamente la ciudad, de ahí, que espacios públicos como las aceras, sean ocupadas con talleres, ventas de alimentos, exhibidores de tiendas y otros, sin que nadie intervenga.
Critica que los constructores hagan los que les venga en gana con la ciudad de Santo Domingo, sin dejar las áreas que mandan las normativas, como ancho de aceras para que la gente pueda caminar sin problemas, pero tampoco las áreas verdes y el drenaje adecuado que evitaría futuras inundaciones.
Masificar transporte
Además de desconcentrar las ciudades, Valdez considera correcta la disposición del presidente Luis Abinader de masificar el transporte de pasajeros mediante metros, teleféricos y trenes metropolitanos como el que conectaría el centro del DN con el aeropuerto Internacional Las Américas.
“Esta es una buena solución porque va a recorrer las densidades más altas de la ciudad, por lo que va a mover a los ciudadanos de una forma adecuada, aunque no va a resolver el problema del tránsito en la capital”, apunta.
Estima que la gestión de la ciudad también tiene que contemplar la salida de circulación de miles de chatarras que ruedan por calles y avenidas, que además de congestionar el tránsito, constituyen un peligro público para los demás.
No se sabe actualmente en qué punto se encuentran proyectos fundamentales como la Inspección Técnica Vehicular (ITV) que contempla la Ley de Tránsito y Transporte Terrestre 63-17 y que busca sacar de circulación a miles de chatarras que ponen en peligro la vida en calles, carreteras y autopistas del país.
La propuesta plantea la implementación de un Programa Nacional de ITV de carácter privado y centralizado, es decir, creación de una red de instalaciones específicas para la realización de inspecciones en todo el territorio nacional.
La propuesta consiste en la construcción y operación de 56 centros de inspección y unidades móviles que permita el registro de las condiciones de los vehículos que circulan a nivel nacional y distribuidos geográficamente, acorde al Registro Nacional de Vehículos de Motor.
Tampoco se sabe sobre el reglamento para la implementación de la licencia por puntos que debió entrar en vigencia el año pasado y que contempla hasta la suspensión de esta cuando el que la porte sea reincidentes en violación de la Ley. A esto se agregan miles de motocicletas que se mueven por todas partes para lo que al parecer no existen controles de las autoridades.
El arquitecto Cristóbal Valdez considera que lo primero que se debe hacer con todas las motocicletas es identificarlas debido a que circulan por las vías sin placas y sin ninguna otra identificación. Igualmente obligar a que sus conductores transiten correctamente, respetando las señales de tránsito.