Esperan Año Nuevo entre la esperanza y la nostalgia

Esperan Año Nuevo entre la esperanza y la nostalgia

Como ocurre cada 31 de diciembre, hoy es un día cuando los dominicanos se mueven entre la esperanza y la nostalgia. Termina un año que, malo o bueno, concluye su ciclo. Pero seguido, exactamente a las 12 de esta noche, empieza la andadura del 2025, y todos se preguntan qué me depararán estos próximos 12 meses.

Unos esperan mejorar su salud, su empleo, sus vínculos familiares, su patrimonio, etcétera, y otros se entristecen porque faltan seres queridos o, francamente, se sienten sin porvenir. Como quiera, todos se preparan para la llegada del Año Nuevo.

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La costumbre dominicana es la cena familiar, llevar las mejores vestimentas y sentarse a la mesa a degustar los platos que su presupuesto económico permite. Llegarán, entradas las horas de la noche, los fuegos artificiales y la alegría de pequeños y jóvenes que celebrarán las luces que se encienden y suben como si quisieran alcanzar el cielo. Y como para los criollos no hay alegría sin fiesta, los bailes y la música no faltarán. Unos “fiestarán” en el barrio y otros irán a las grandes avenidas, el Malecón capitaleño o de Puerto Plata o el recién reinaugurado de San Pedro de Macorís, por ejemplo. Las otras fiestas, por supuesto, no faltarán. Las de los grandes salones y los artistas afamados.

Los religiosos irán a sus templos y parroquias a esperar el año en oración, cumpliendo los rituales de comer las doce uvas, o quemando los papelitos con registros de las cosas que quieren dejarse.

Como quiera que sea, los dominicanos están listos para esperar esta noche, a la manera de cada cual, el Año Nuevo, entre esperanza y nostalgia.

Ayer miles de personas de los diferentes sectores del Gran Santo Domingo abarrotaron las terminales del transporte de pasajeros hacia los pueblos, para esperar el Año Nuevo juntos sus familiares y otros seres queridos. En la parada del kilómetro 9 de la autopista Duarte, era notorio el flujo de pasajeros con maletas en las manos.

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