-Parte I-
El carácter es la expresión que, idiomáticamente, alude a lo que nos individualiza. De modo que puede clasificarse como aquellos componentes que expresan, de una manera más personal y distintiva, modo de ser y comportarse de una persona en particular.
Es, fuertemente, influido por el ambiente, la cultura, la educación, el entorno social y familiar, el núcleo de amistades o de trabajo. Uno de los factores esenciales del carácter es la voluntad unida al temple, como la expresión del autodominio sobre los propios comportamientos, especialmente en las decisiones que importan ejercer libertad, pero, a la vez, se condicionan por el deber, la responsabilidad y el respeto a limites sociales o morales.
En la historia de una vida no han sido una ni dos veces los momentos en que se ha aludido a nuestra forma de ser para justificar alguna decisión que tomamos, y es que conocer el carácter y mantener la mente organizada constituye un gran tesoro en nuestros días. Tanto en la vida pública como en las actividades ordinarias, en la manera de comportase es lo que nos conduce a un ciudadano. Y es que el proceder o conducta determina el tipo de persona que eres y de que manera pueden los otros juzgarte.
Cuando se posee un carácter bueno y positivo, las acciones se tornan honorables, llenas de compasión y éticas. Se nota en los ojos de terceros, respeto y nos mantienen con un sentimiento de bondad hacia nosotros mismos. Esto incrementa la auto-estima y permite prosperar. Una mala reputación, al contrario, puede, incluso, afectar la confianza y la relación con los demás.
El carácter determina el triunfo.
El carácter es como el sistema de raíces de un árbol. Mientras más profundo y saludable es, más fuerte y productivo será el árbol. Si el árbol tiene un débil sistema de raíces, sus frutos no serán buenos. Para mejorar esta producción, alimentamos y regamos con agua las raíces y sabremos que estarán mejor cuando el árbol produzca mejores y bellos frutos.
Así como solo la fruta nos da la indicación de la condición de las raíces, nuestras actitudes, palabras y acciones son señales de la naturaleza de nuestro carácter. Un fortalecimiento de las raíces de un árbol le ayuda a producir mejores frutas. Fortalecer el carácter de un individuo le ayuda a producir mejores palabras, acciones y actitudes.
Cuando se le da honor a una persona por su carácter se le alienta para que construya más. Es como una bola de nieve: una vez empieza a rodar crece cada vez más. Como las personas tienen un deseo natural de complacer a quienes respetan es por eso que se recomienda que los supervisores, siempre que puedan, y sin fortalecer el orgullo, reconozcan a sus dependientes. Que se refuercen las cualidades del empleado y que se le valoren y que se les mantengan informados de lo que ocurra en la compañía es fundamental para que los negocios se conserven en crecimiento.
Recientes encuestas comparativas entre empleados y gerentes realizadas con el objetivo de medir la satisfacción de los de los empleados, arrojan que los gerentes, generalmente, creen que la compensación es el factor principal en la satisfacción que siente el empleado en su trabajo: Mientas más alguien produce, más feliz debe ser. Sin embargo, sorprendentemente este aspecto queda en un quinto o sexto lugar en el ranking de los empleados. La idea de sentirse apreciados estuvo la mayoría de las veces en los primeros lugares, la segunda siempre fue sentirse respetados. Los empleados quieren, anhelan sentirse que están contribuyendo al éxito de la compañía y desean que ese esfuerzo sea reconocido.
Individuos exitosos forman familias exitosas, y familias exitosas constituyen organizaciones exitosas. Individuos, familias y organizaciones exitosas crean ciudades, Estados y países exitosos.
En el próximo artículo expondremos las ideas sobre el carácter que consideramos pertinentes para un año, 2015 que viene cargado de incógnitas.
Investigadora asociada: Andrea B. Taveras Pichardo.