El exgobernador del Banco Central Guillermo Caram saluda la decisión del presidente Luis Abinader de retirar la reforma tributaria contemplada en el Proyecto de Presupuesto 2021 y elaborar una adenda modificatoria, por constituir un respiro al desbalance fiscal y desajustes económicos y sociales que este instrumento iba a provocar.
Sin embargo, advierte que este respiro no disipa por completo las incertidumbres alrededor del presupuesto 2021, ya que persisten temores, por la alternativa de procurar recursos adelantados de Barrick Gold y del sector financiero, que no balancean el presupuesto sino que resuelven un problema temporal de caja.
Caram explica que el proyecto original contemplaba una sobreestimación de recaudaciones de 155 mil millones de pesos, equivalentes al 15% de los gastos que, supone, el Gobierno esperaba obtener con los nuevos impuestos.
Los adelantos, señala, no constituyen aumento de recaudaciones sino pagos anticipados de tributos descontables dentro del año presupuestado.
Indica que el Proyecto de Presupuesto contempla ingresos contingentes equivalentes al 38% de los gastos constituidos por venta de activos y endeudamientos que no se asegura su obtención plena en medio de las crisis económicas y sanitarias mundiales.
Sostiene que estos dependerán de las decisiones que los inversionistas tomarán en función de la confianza que le inspiren los comportamientos económicos y las autoridades.
Alerta que el diferir la reforma fiscal pactada con los agentes económicos y la comunidad nacional dentro del Consejo Económico y Social (CES) para años posteriores no contribuye a crear esa confianza.
Indica que esto crea expectativa desfavorables sobre las reglas de juego fiscales que influirán en las decisiones de inversión de las iniciativas particulares, sobre todo porque ya se han evidenciado las intenciones gubernamentales sobre la materia tributaria. Insta que se instituya un mecanismo para someter gastos en función de los ingresos.