El cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, expresó este domingo su «dolor» y preocupación por la situación que está viviendo Nicaragua y abogó por un «diálogo sincero» en ese país centroamericano.
«Ciertamente nos preocupa el sufrimiento de nuestros hermanos de Nicaragua, ciertamente el poder emborracha y el poder absoluto corrompe absolutamente, ahora, la reacción de los que quedan afuera es intentar refrescar la memoria del amo de la casa», señaló Rodríguez en una homilía celebrada en la Basílica Menor de Suyapa.
Dijo sentirse «con dolor» por la «cantidad de insultos» en las redes sociales contra el papa Francisco, porque quieren que «reaccione como los políticos (…), es cierto que hay 26 exjefes de Estado que le escribieron al papa, es bueno, (para que se pronuncie sobre la situación en Nicaragua), pero porque no les escriben a los dirigentes políticos del país donde están siendo perseguidos”.
El cardenal Rodríguez afirmó que «es muy fácil que se quemen otros, es injusto y nadie sabe que se están haciendo esfuerzos porque no es solamente de una persona o dos, hay muchos sacerdotes en Nicaragua que están en peligro».
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FIELES TAMBIÉN ESTÁN SUFRIENDO
«¿Qué quisieran?, es muy fácil una ruptura, pero la sensatez del Santo Padre es que busca caminos del diálogo, porque hay millones de fieles católicos también que están sufriendo”, subrayó Rodríguez.
La Policía de Nicaragua ingresó el viernes a la fuerza al Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa (norte) y arrestó al obispo Rolando Álvarez, así como a cinco sacerdotes, dos seminaristas, y un camarógrafo, después de haber estado confinados por dos semanas.
La captura de Álvarez, precedida por el arresto de tres sacerdotes, es el capítulo más reciente de las tensas relaciones que mantiene la Iglesia católica nicaragüense y los sandinistas encabezados por el presidente Daniel Ortega.
Álvarez, de 55 años, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, es acusado por la Policía Nacional de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales», aunque de momento no han ofrecido pruebas.
Este año, las autoridades de Nicaragua han encarcelado a sacerdotes y expulsado del país a otros incluyendo a monjas de las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.
LA IGLESIA NO JUZGA
Rodríguez indicó que la Iglesia católica «no le toca juzgar a nadie, si no saber que apoyamos a nuestra madre Iglesia y nuestros hermanos de Nicaragua, y cómo hay muy poca memoria histórica, recuerden que ya en los años 80 (del siglo pasado) expulsaron a un obispo de los misquitos, que entró a pie a la Mosquitia hondureña salvando miles de personas».
«Dónde están aquellos que se rasgan las vestiduras, nuestra postura es apoyar, pero no para buscar confrontación y muerte, sino como nos ha dicho el papa Francisco: diálogo para una solución en paz y en justicia», añadió.
El cardenal hondureño aseguró que «el que detenta el poder y se emborracha con el poder, se vuelve ciego, no queremos que muera nadie, pero sí que no haya confrontación y muerte».
«Nos toca apoyarlos, sobre todo con nuestra oración, aquellos que no creen y no tienen fe, quisieran una confrontación y por eso atacan e insultan, ese no es el camino, claro que la puerta es estrecha».
El religioso indicó que «solo en Dios se puede encontrar la paz y aquellos que buscan la paz, pidamos que se puedan acercar a Dios los que están lejos y en un diálogo sincero se pueda buscar lo mejor, necesitamos entonces recordar que hay palabras del Evangelio que pueden resultar incómodas, pero nos interpelan profundamente».