CIUDAD DEL VATICANO. Cuatro cardenales conservadores que cuestionaron públicamente al papa Francisco por su apertura hacia los católicos divorciados que vuelven a casarse por el fuero civil dijeron el miércoles que el asunto está dividiendo a la Iglesia.
En una nueva carta, los prelados piden una audiencia a Francisco y observan que no respondió a su pedido escrito de clarificación en septiembre.
En «La alegría del amor», publicado el año pasado, Francisco abrió la puerta a que los católicos vueltos a casar por el fuero civil reciban la comunión. El magisterio de la Iglesia dice que esos católicos deben obtener la anulación de su primer matrimonio o abstenerse de las relaciones sexuales si quieren comulgar.
Desde entonces, obispos y conferencias episcopales alrededor del mundo han dado distintas interpretaciones del escrito. Los más conservadores han reafirmado la posición tradicional sobre la indisolubilidad del matrimonio. Otros han tomado la posición de Francisco y han ido más allá.
Los obispos de Malta, por ejemplo, dicen que a veces puede ser «humanamente imposible» que la nueva pareja se abstenga de las relaciones sexuales. En la nueva carta, publicada en el blog del veterano periodista vaticano Sandro Magister, los cardenales dicen: «Qué doloroso es verlo: lo que es pecado en Polonia está bien en Alemania, lo que está prohibido en la arquidiócesis de Filadelfia está permitido en Malta».
«Ante esta grave situación, en la que muchas comunidades cristianas se dividen, sentimos el peso de nuestra responsabilidad, y nuestra conciencia nos lleva a solicitar humilde y respetuosamente una audiencia», dice la carta, fechada el 6 de mayo y firmada por el cardenal Carlo Caffarra, arzobispo emérito de Boloña, en nombre de los otros tres.
Aunque no ha respondido, Francisco ha dejado en claro que quiere que su iglesia muestre un rostro más clemente y menos intransigente a los católicos que atraviesan situaciones familiares difíciles.
Pero el miércoles sostuvo claramente que el matrimonio es para siempre. En su lección semanal de catecismo, Francisco observó que la misa de bodas invoca la ayuda de los santos para ayudar a los recién casados a vivir para siempre como esposos.
«No como dicen algunos, ’mientras dure el amor’. No: ípara siempre! Caso contrario es mejor no casarse. Para siempre o nada», afirmó.