El presidente de la Comisión Permanente de Dominicanos Residentes en el Exterior del Senado de la República, senador Carlos Gómez, consideró ayer complejo el panorama de República Dominicana con Haití, debido a que organizaciones internacionales dan por hecho situaciones que son falsas o que no corresponden a un debido examen detallado.

“Ante estas circunstancias de la política exterior es sumamente importante poner en contexto que la situación respecto a Haití se torna compleja para la República Dominicana, porque los informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) plantean realidades e interpretaciones que, o no existen, o son analizadas sin el debido rigor”, expresó Gómez.

El senador por la provincia Espaillat expresó que con la publicación del reciente informe de la Embajada de los Estados Unidos en el país, se ha vuelto más confuso el escenario diplomático, económico y político, que como consecuencia trae consigo intercambios, incluso no deseado, entre las partes y reacciones que afectan el intercambio comercial de todo tipo entre Estados Unidos, que es el principal socio de la República Dominicana.

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El congresista del Partido Revolucionario Moderno (PRM) aprovechó para hacer un llamado al Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) para que se empleen a fondo en evitar incomodidades que den al traste con el deterioro de los vínculos que por muchos años se han mantenido tanto con los Estados Unidos como con Haití.

“Es momento en que lo mejor de la diplomacia en la República Dominicana se active y se planteen soluciones viables para el tema del vecinos país de Haití, sin que afecte ni las relaciones con ellos ni con los Estados Unidos”, recomendó el senador Carlos Gómez.

Se recuerda que en el reciente informe emitido por Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se acusa a la República Dominicana de deportar cerca de mil 800 niños haitianos sin la compañía de sus padres.

Muchos congresistas dominicanos de las diferentes bancadas han condenando la postura de EE.UU., pues la ven como una venganza por las repatriaciones de ciudadanos ilegales que realiza el gobierno.