Un Carlos III montado a caballo presidió este sábado por primera vez como rey británico el “Trooping the colour”, el colorido desfile anual de la guardia real que celebra el cumpleaños oficial del jefe de Estado del Reino Unido.
Aunque el cumpleaños de Carlos III es el 14 de noviembre, el tercer sábado de junio está reservado para este festejo, a fin de aprovechar el buen tiempo en la capital británica.
Vestido con el uniforme rojo de ceremonia, Carlos III, de 74 años, salió del palacio de Buckingham, residencia de la familia real, montando a caballo, seguido por su hijo mayor, William, el príncipe de Gales, heredero de la corona británica, y los príncipes Ana y Eduardo, hermanos del soberano, que también cabalgaban.
Puede leer: Nueva York elimina requisito de 90 días en albergue para los vales de alquiler
Por detrás de esta procesión real, iba la carroza con la reina Camila; la princesa de Gales, Kate, y los tres hijos de los príncipes de Gales: George, Charlotte y Louis.
La reina vestía el uniforme rojo de coronel de los granaderos, mientras que la princesa Kate iba con un vestido verde, el color de los guardias irlandeses, de los que ella es coronel.
Con la pompa reservada para la ocasión y ante miles de personas, la procesión real, que iba acompañada por guardias montados a caballo, transcurrió por la avenida The Mall, engalanada con las banderas británicas, hacia el patio de armas de la Guardia Real de Caballería, donde el rey Carlos III saludó a los guardias allí congregados antes de escucharse el himno “Dios salve al Rey”.
“Trooping the colour”
El “Trooping the colour” es un colorido desfile cuyo origen se remonta al reinado de Carlos II (1660-1685), como manera de celebrar el cumpleaños oficial del monarca del Reino Unido.
En 1748 se estableció que el desfile se utilizaría para marcar ese festejo, excepto en periodos de luto nacional, muy mal tiempo y otras circunstancias excepcionales.
En este desfile participaron los distintos regimientos, cada uno con un color distinto, que en el pasado, en el campo de batalla, era necesario para que los soldados reconocieran los puntos de reunión.
La anécdota más conocida de este desfile data de 1981, cuando el británico Marcus Sarjeant hizo seis tiros de fogueo entre la multitud, lo que provocó que el caballo que montaba la reina Isabel II se asustase pero que la soberana pudo controlar rápidamente, lo que puso de manifiesto sus grandes dotes de amazona.