Wilkin García Peguero, alias «Mantequilla», afirma ser un «Genio» de las finanzas, y se denomina a sí mismo como un «Fenómeno» que ha desarrollado una fórmula que permite retornar en menos de 30 días hasta un 100% de la inversión a aquellos que confíen en él y le entreguen cualquier cantidad de dinero.
Tal afirmación ha generado el interés de muchos ciudadanos, especialmente, en Sabana Grande de Boyá, provincia Monte Plata, una localidad de más de 30,000 habitantes cuya economía depende -fundamentalmente- de las remesas que envía la diáspora.
El problema es que, García Peguero o «Mantequilla», a pesar de defender la legalidad y legitimidad de su modelo de negocio, no ha querido (o sabido) explicar cómo funciona y cómo es posible que se generen las ganancias que ofrece a través de una empresa que funciona hace unos meses, según él, legalmente constituida, hace poco, llamada 3.14 inversiones.
Las sospechas de que se trate de una posible estafa se deben a que la empresa no tiene una actividad social clara registrada, y aún no cuenta con todos los permisos, aunque su propietario asegura que los que faltan están en trámites, pero lo que más llama la atención de las autoridades es que no hay registro de que «Mantequilla» mueva el dinero que recibe a través del sistema de bancos de la República Dominicana, dificultando así su seguimiento y rastreo.
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Otra razón por la que las autoridades llaman a la ciudadanía a desconfiar de esta «Oportunidad de inversión» es la similitud de las operaciones de «Mantequilla» con las que realizaba el italiano Carlos Ponzi a principios de la década del año 1900 en los Estados Unidos, y quien posteriormente fue conocido como el creador del «Esquema Ponzi» o el «Esquema Piramidal» que hoy es bastante conocido como una forma de estafa que se ha replicado en varias ocasiones en el país con empresas como Telexfree o aplicaciones móviles como Cacao Talk, cada una más compleja que la anterior y con mayor disimulo para justificar las ganancias.
¿Cuáles son las similitudes entre Ponzi y Mantequilla?
Al analizar los hechos resulta interesante hacer la comparación entre estos dos pintorescos y carismáticos personajes que se venden ante la sociedad como personas que solo buscan ayudar a los más desposeídos.
A continuación sus similitudes:
Ponzi aprovechó las cartas que enviaban italianos a sus familiares en Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial y la pobreza generada por este acontecimiento, en estas cartas venían cupones que podían ser cambiados por dinero. Esto fue aprovechado por Ponzi quien empezó a ofertar sus propios cupones prometiendo un retorno de inversión de un 50% en los siguientes 45 días y de un 100% en los próximos tres meses.
«Mantequilla», en una zona cuyo mayor sostén económico son las remesas y que es considerada como una de las más pobres del país, reparte recibos a todos los que se inscriban en una lista para pagarles, tras prometerles que devolverá ganancias de un 30% en 30 días, un 15% en 15 días, y un 10% en diez días.
Ambos, dieron carácter corporativo a sus actividades al fundar las empresas «Securities Exchange Company» en el caso de Ponzi y «3.14 Inversiones» en el caso de «Mantequilla».
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Además, es necesario que para que el «Negocio» se dé siga entrando capital a ambas empresas, como en cualquier negocio piramidal, ya que con el dinero que entra hoy se paga el interés generado por la inversión de los que entraron primero al sistema y por eso es necesario poder contar con cierta cantidad de días antes de entregar las ganancias.
La primera señal de advertencia de este sistema de fraude es que quienes prometen las ganancias y aseguran que el modelo es legítimo no presentan ningún grado de reinversión en las mismas compañías a través de las que operan, que deben tener gastos operativos o bienes y servicios que generen una oferta por la cuál exista algún tipo de demanda.
Esta situación termina convirtiéndose en una burbuja, como pasó con el esquema Ponzi, que en su momento para poder cumplir con sus obligaciones debió tener en circulación al menos 160 millones de cupones y solo contaba con 27,000 ya que los que hicieron la inversión esperaban el retorno de la misma y se negaron a seguir inyectando capital hasta no ver las ganancias.
Esta revelación la hizo un economista de la época para los medios de comunicación que dieron la voz de alerta.
¿Por qué no lo apresan?
Técnicamente, «Mantequilla» no ha cometido ningún delito, pues sigue cumpliendo con lo prometido a sus «Clientes» y no utiliza la red bancaria para mover el dinero, por lo que es difícil rastrear sus procedencia y destino.
Expertos aseguran que sería necesario abrir una investigación desde la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), para verificar si la empresa cumple con las obligaciones tributarias ya que genera ingresos y ganancias; o verificar si no se trata de actividades relacionadas con el blanqueo de capitales o lavado de activos. De lo contrario, solo quedaría esperar a que alguien interpusiera una demanda por la falta de cumplimiento de la empresa «3.14 Inversiones».