CARTAS AL DIRECTOR
Obsesión

<P>CARTAS AL DIRECTOR <BR>Obsesión</P>

Señor director
El inmenso panorama de las neurosis posee una verdadera amalgama de formas, manifestaciones, causas, colorido, siendo una de esas las que llamamos Obsesión, de la que habíamos citado antes que constituían una enajenación del yo, mediante la cual el sujeto se percibe como extraño y no como parte de la experiencia que le resulte propia como ser.

Las personas que sufren manifestaciones de esta naturaleza, sienten fuerte necesidad de repelerlas. Por otro lado, independientemente de lo vivida y reforzada que resulte la obsesión o compulsión, las personas que las padecen la reconocen como absurda e irracional.

Su inicio, suelen de manera predominante producirse durante la adolescencia o principios de la edad adulta. Frecuentemente se encuentra a través de un acontecimiento ambiental precipitante.

Al determinar los síntomas observamos pensamientos obsesivos, palabras e imágenes mentales que se introducen en el pensamiento en contra de la voluntad del sujeto.

Compulsión, ideas, imágenes pueden estar presentes, pero la característica central es un impulso irracional hacia alguna forma de acción que no se realiza.

Los actos compulsivos son la expresión de las necesidades o impulsos subyacentes, en general constituyen una reacción o intento de dominar una obsesión primaria a la que el sujeto teme por sus consecuencias o por no poder lograr controlarla.

Con una marcada frecuencia, las personas bajo gran presión establecen procedimientos estrictos e invariables para tratar de asegurar el orden y la predictividad, asegurándose de esta forma que nada pueda resultar mal, planteándose demandas adicionales e imprevistas.

Una exageración de actos con patrones de ordenamiento se convierte en una obsesión. La conducta puede hacerse elaborada y reiterativamente estereotipada; es el ritual, que involucra de manera frecuente una exagerada preocupación con algún aspecto de la conducta normal.

Los sentimientos crónicos de inseguridad e inadecuación del sujeto sensibilizado ante los peligros de la vida, el cual es una personalidad parecida a la neurosis de ansiedad y toda la dinámica de la desviación del patrón le produce ansiedad.

En muchas ocasiones, los pensamientos obsesivos se encuentran asociados con la represión de sentimientos o pensamientos que el individuo considera inmorales. No puede eliminarlos de manera voluntaria de su conciencia y le parece irracionales y horribles.

Los pensamientos obsesivos pueden llevar hacia las acciones compulsivas, simbólicamente diseñadas para contrarrestar los pensamientos inmorales.

Toda persona normal, puede experimentar obsesiones y compulsiones menores y recurrir al adenamiento rígido de sus actividades en períodos en que el sujeto se encuentra presionado. La personalidad del neurótico es una exageración de estas tendencias, de la «moralidad», y conductas de autoderrota.

Atentamente,

Atahualpa Soné

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