¿Sabías que lo que te rodea tiene el poder de transformar tu estado de ánimo? Pues te cuento que sí. La “Decoración Dopamina” ha llegado para recordarnos que los espacios que habitamos son una extensión de nuestro bienestar. Este estilo decorativo, por llamarlo de alguna forma, se basa en que los componentes que arman nuestro entorno pueden estimular la producción de dopamina, que es la hormona de la felicidad.
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El poder del color
Cuando hablamos de Decoración Dopamina, los colores no solo son una elección estética, son una medicina para el alma. Ya sabemos que los tonos vibrantes como el amarillo, naranja y verde brillante tienen la capacidad de despertar emociones positivas, vamos más allá, si esos colores no te gustan, no van a despertar emociones positivas. Deben ser tonos que dentro de los vibrantes te resulten agradables.
Igualmente, identifica esos momentos donde te sientes con menos energía, si resulta en las mañanas, coloca cositas que despierten tu alegría donde tomas café o lees el periódico.
Texturas que enamoran
Además del color, la textura es clave en la Decoración Dopamina. Piensa en alfombras suaves, mantas esponjosas y cojines aterciopelados que te “abracen” después de un largo día. Estos elementos no solo añaden calidez visual, sino que también crean un ambiente acogedor que te invitan a relajarte y disfrutar del hogar.
Detalles que inspiran y conectan
Los detalles personales, esas cositas bonitas, también juegan un rol crucial. Llena tu hogar de elementos que te traigan alegría: fotos de momentos felices, arte vibrante que te haga sonreír, y plantas que aporten vida, todo esto contribuye a tu bienestar mental.
Con la Decoración Dopamina, tu hogar se convierte en un espacio que no solo es visualmente atractivo, sino que también te llena de felicidad cada vez que cruzas la puerta. Es un recordatorio constante de que tu bienestar es una prioridad, para poder convertir casas en hogares.