En la calle Tiburcio Millán López, frente a la casa 118 del sector Campo de Aviación, La Romana, una caseta de comida rápida ha convertido en un pandemónium la zona habitada por decenas de familias, que soportan el bullicio y la música escandalosa hasta la madrugada.
Ruido que trastorna la vida cotidiana de personas que estudian y trabajan y que no han recibido asistencia de las autoridades contra esta violación múltiple: discusiones, contaminación sónica, desechos en la vía, humo, olor de comida que empapa la ropa y las casas.
“¿Quién duerme en los alrededores? Solo nosotros sabemos lo que padecemos, no vemos a ningún funcionario y somos los que pagamos sus lujosos salarios. Los inquilinos entregan las viviendas y nadie alquila”, expresa José García, uno de los afectados.
Los dueños del negocio móvil lo amararon a un poste del tendido eléctrico con una gruesa cadena y ahí permanece desde su instalación, hace meses, pese a los reclamos. Al director de comunicaciones de la Policía, Diego Pesqueira, los comunitarios le enviaron fotografías y confían en que este ayude.