Antes de que República Dominicana fuera golpeada por la pandemia del coronavirus en marzo de este año 2020, la violencia ya le hacía competencia, o la habría superado con años de muertes, puñetazos y violaciones.
A pocos días de iniciar enero, la desaparición de Yaneisy Rodríguez, una niña de cuatro años, en el sector La Barranca del municipio Sabana Iglesia, paralizó al país, después de cuatro días fue encontrada muerta en un basurero, antes violada y torturada. Este hecho atrajo la atención de políticos y religiosos, unos condenando a los responsables del delito y otros responsabilizando a la madre de la menor.
Cuatro meses después de iniciar el 2020, Adriana Nicol Sepúlveda de 11 años fue baleada tres veces en Arroyo Hondo del Distrito Nacional, por unos delincuentes que dispararon a una patrulla de policías, la niña se encontraba jugando con otra menor en una galería cuando fue ultimada.
En una madrugada de julio, en la provincia El Seibo, la atleta Juana Castillo hirió a su pareja sentimental con una tijera, quien falleció cuando era trasladado a un centro de San Pedro de Macorís. Al parecer, existía un historial de maltrato por parte de su compañero.
Al igual que Yaneisy, a ocho meses de esta tragedia, Liz María Sánchez, una niña de nueve años en el ensanche Isabelita, fue violada y asesinada, echada en un saco con piedras, y posteriormente lanzada al mar Caribe por un sociópata, un hecho que confesó el propio autor. El crimen llamó la atención del presidente Luis Abinader, quien se pronunció al respecto para obtener el mayor peso de la ley contra el victimario.
Otro hecho que causó indignación en la población fue el de Jaziel Morel Tejada, un hombre que entró en el quiosco de una estación de gasolina, pasó a un área solo para empleados, tomó dos vasos y se preparó café en una máquina expendedora, cuando terminó, intentó marcharse sin pagar y antes de salir, la empleada, al parecer le reprochó. Luego de un intercambio de palabras, Tejada le lanza el café en el rostro a la joven.
En septiembre, un video fue la evidencia de un caso que se ha mantenido hasta hoy. Se trata de Yocairi Amarante, una joven que fue rociada con ácido del diablo por dos hombres a bordo de una motocicleta, pagados por su expareja. Como consecuencia, Amarante estuvo ingresada por quemaduras en la Unidad de Quemados del Hospital Ney Arias Lora por 61 días y también perdió la visión total de su ojo derecho.
Yulensky Batista Cuesta es un nombre que muchos no olvidarán por las circunstancias en que se produjo su muerte en Los Alcarrizos en octubre, con tan solo cinco años, fue alcanzada por una bala disparada por uno de los dos delincuentes que perpetraban un atraco en la vivienda de al lado. El padre de la niña también fue herido. Este hecho consternó tanto al país, que el presidente Abinader visitó la casa de la familia y exigió la entrega de sus asesinos.
La Vega se convirtió en el escenario del feminicidio de María del Carmen Peguero de 17 años, quien sostenía una relación con un hombre de 63 años. En un ataque de celos, cometió el homicidio y luego se quitó la vida.
Perla Taveras, también de 17 años, corrió la misma suerte de Yaneisy y Liz María, tras ser violada por su padrastro, quien se la llevó engañada, y al amenazarlo con denunciarlo, este la mató. Su cuerpo fue encontrado días después a orillas del río Isabela del Distrito Nactional.
En el mes de la No Violencia contra la Mujer, tan solo 48 horas separan las muertes de Silvia Pozo Fructuoso de 27 años y Leidy Vicente Sánchez de 25 años, a manos de sus exparejas.
La tragedia visitó a la familia Pozo Fructuoso en el sector Arroyo Hondo, cuando un hombre le arrebató la vida a Silvia Pozo de dos disparos, uno en el pecho y otro en la cabeza, según contó la hermana de la víctima, y que además, hirió a sus padres y a un hermano, luego se suicidó. Los hijos presenciaron el hecho.
La desgracia también alcanzó a la familia Vicente Sánchez del sector Mendoza, con un saldo de cuatro muertos y un herido a manos de Rubén Darío Jiménez. Su expareja, la madre, y un cuñado de esta, mientras que el padre y la hermana de la víctima fueron heridos. Ángel Vicente, el padre, falleció a los pocos días en el Hospital Darío Contreras.
Cerrando el año, el asesinato del coronel de la Fuerza Aérea, Ramón Israel Rodríguez, a manos de dos policías en la provincia Valverde, se ha mantenido en la palestra, aún se desconocen las razones del hecho que consternó al país.