Participante en la XI Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Medio Ambiente y Cambio Climático.
Enfrentar los grandes desafíos del cambio climático en América Latina y el Caribe conllevaría un costo de alrededor de 100 mil millones de dólares al 2050, con un modelo alternativo de producción, consumo, de relación con el entorno, desasociar el desarrollo económico de la degradación ambiental, basado en un modelo justo e inclusivo.
La advertencia la hizo el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Miguel Ceara Hatton, en el discurso de apertura de la XI Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Medio Ambiente y Cambio Climático que se desarrolla en la capital dominicana.
Considera necesario sobrepasar barreras importantes como el acceso a financiamiento y el limitado espacio fiscal para asumirlo; los temores persistentes sobre los costos y recursos de un cambio de paradigma, especialmente en el sector privado; y los subsidios persistentes a los combustibles fósiles.
Ceara Hatton citó que como consecuencia de los altos costos de los combustibles, ya la República Dominicana invierte el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en subsidios a los derivados del petróleo para que los altos precios afecten lo menos posible a la población y la producción de alimentos.
Estima que esto podría suponer un coste económico para Latinoamérica de alrededor de 100,000 millones de dólares al año para 2050.
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Mientras que la inversión total necesaria para adaptarse a los efectos climáticos ya inevitables son sólo una cuarta o sexta parte de los costes anuales de estos impactos, que se estiman entre 17,000 y 27,000 millones de dólares al año. (Informe La Rábida, 2018).
Ceara Hatton manifestó que República Dominicana está altamente comprometida con contribuir al establecimiento de una agenda común que permita alcanzar las metas.
“Desarrollemos compromisos fuertes, ambiciosos e incluyentes, centrados en las personas y mediante los cuales se reafirmen los compromisos con una recuperación verde y justa pos-COVID”, sostuvo Ceara Hatton.
Escudados bajo el lema “Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible”, los representantes de los 22 países participantes abordaron temas importantes como el financiamiento climático, economía azul o economía para los océanos, cambio de modelo de desarrollo económico a economía basada en la naturaleza, reducción de la contaminación por plásticos y fondo de recuperación para la región Latinoamericana y el Caribe.
En la XI Conferencia se reafirmó el compromiso, para posicionar a la región en la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.
Cita un estudio de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) que identificó las cuestiones fundamentales, únicas para Latinoamérica dada su geografía, estructura política y económica, “nuestro modelo de desarrollo predominantemente extractivo, crea disparidades y promueve la cultura del privilegio y la concentración de riquezas, al tiempo que el COVID-19 ha ampliado los problemas estructurales y vulnerabilidades pre-existentes en la región”, expuso.