No somos un pueblo con vocación de marineros o pescadores y nuestra alimentación básica es deficiente, casi nula, en pescados y mariscos, básicamente sustentada en carbohidratos o azúcares y proteínas provenientes de carne de res, cerdo y pollo.
No creo que muchos dominicanos conozcamos las propiedades o características excepcionales de los cefalópodos (con los pies en la cabeza) en especial el pulpo, el calamar y la sepia, pero el primero recientemente ha sonado mucho porque el Ministerio Público lo usó para designar una valiente investigación y apresamiento de involucrados en estafas multimillonarias contra el Estado dominicano.
Sin embargo, existe un vacío en el ánimo o espíritu de la sociedad, porque en ese caso no se han apresado a las verdaderas cabezas de los desfalcos. Son cefalópodos con pies, pero sin cabeza. El púlpito es el pódium de las iglesias y es una palabra con acento diacrítico que, si se lo quitamos, queda siendo pulpito (o pequeño pulpo).