Investigadores de la estatal brasileña Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), demostraron que es posible prevenir el crecimiento de tumores malignos de mama alterando el perfil de los macrófagos, uno de los tipos de células que defienden el organismo, utilizando nanopartículas de óxido de hierro.
El estudio, publicado en la revista científica International Journal of Pharmaceutics y divulgado este lunes por el mayor centro de referencia científica de Brasil y América Latina, reveló que el método fue capaz de reducir en casi un 50 % la masa tumoral en ratones.
Según los investigadores de la Fiocruz, alrededor del 50 % de la masa tumoral está compuesta por macrófagos y las actividades de este tipo de células influyen directamente en el pronóstico del cáncer.
Existen dos tipos principales de macrófagos. Los M2, con más características antiinflamatorias y generalmente relacionados con una mayor permisividad tumoral, y los M1, que son proinflamatorios y más efectivos para limitar la progresión tumoral.
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La propuesta de los investigadores fue reprogramar el perfil de los macrófagos M2 en el entorno tumoral, transformándolos en M1, con el fin de inhibir el desarrollo tumoral.
Las nanopartículas de óxido de hierro utilizadas en el estudio, que son biocompatibles, de bajo costo y rápida síntesis, lo que facilita la producción a escala, se produjeron en los laboratorios de la Fiocruz en el estado de Minas Gerais, a través de una asociación con el Departamento de Física de la Universidad Federal de Pernambuco, que desarrolló originalmente el compuesto magnético.
Para llegar a los resultados, los investigadores realizaron tres experimentos.
En el primero, se utilizó un sistema artificial especial para poner células tumorales de mama en contacto con macrófagos. Al incubar las dos células, se encontró que las tumorales se multiplicaron. Más tarde, el equipo introdujo las nanopartículas y descubrió que las células tumorales morían.
Con estos resultados, los investigadores realizaron un segundo experimento utilizando ratones, a los que se les inyectaron células tumorales y nanopartículas, dejándolos en observación durante 21 días.
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Al final del periodo, el equipo encontró una reducción de casi el 50 % en la masa tumoral de los ratones expuestos a la nanopartícula, frente a los animales que no recibieron el tratamiento.
El tercer experimento que fue un modelo multicelular tridimensional, simuló el microambiente tumoral y volvió a confirmar los resultados obtenidos en los dos experimentos anteriores.
Para el líder del grupo de Inmunología Celular y Molecular y coordinador del proyecto, Carlos Eduardo Calzavara, los resultados abren la puerta a nuevas investigaciones que pueden permitir el surgimiento de estrategias complementarias para el tratamiento del cáncer de mama.
«El estudio es un punto de partida. Aún se necesitan nuevas investigaciones centradas en la farmacodinámica y la farmacocinética para evaluar una serie de temas relevantes, como los efectos fisiológicos, los mecanismos de acción, los efectos secundarios, el tiempo de absorción de los fármacos y la biodistribución en el cuerpo, entre otros aspectos», destaca el coordinador, citado en un comunicado.