China, consciente de la responsabilidad inherente a su condición de gran potencia y del poder e influencia global que se desprende de su membresía como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, ha asumido una actitud proactiva en aras de, en primer lugar, poner fin a la grave situación humanitaria que sufre Gaza y, en segundo lugar, intentar garantizar la estabilidad regional.
China siempre ha sido partidaria firme de la creación de un Estado Palestino por lo que, desde fecha tan temprana como 1974, acoge una Embajada.
Negándose a caracterizar a Hamás y Hezbollah como organizaciones terroristas, como han hecho EEUU, la UE y otros, Beijing fomenta estrechas relaciones tanto con Israel como con el mundo árabe lo que, por un lado, le otorga gran influencia regional, como se evidenció al mediar entre Riad y Teherán para que pusieran fin a una larga rivalidad y formalizaran relaciones. Y, por otro, vínculos basados en principios con todas las partes le facultan como potente ente mediador.
Desde los primeros momentos del actual conflicto el Ministerio de Relaciones Exteriores de China llamó a mantener la calma y detener las hostilidades para “proteger a los civiles y evitar un mayor deterioro de la situación”. Previendo el enorme peligro potencial, con la presencia e incidencia de diversos actores, ha emprendido ingentes esfuerzos regionales para prevenir una gran guerra en el Medio Oriente por lo que reclama tanto un alto al fuego como el respeto al derecho internacional y a los principios humanitarios.
Con intensa gestión diplomática en Medio Oriente altos funcionarios chinos procuran tanto un cese de hostilidades como crear un Estado Palestino independiente como aporte fundamental e imprescindible para una solución duradera y que todas las partes puedan vivir en paz y dentro de fronteras seguras.
El canciller chino ha considerado claramente que Israel ha ido muy lejos en su autodefensa y ha instado a esa nación a “atender el llamamiento de la comunidad internacional para dejar de castigar colectivamente a los habitantes de Gaza”. Si la ONU no hubiese sido llevada a menos debiera ser capaz de intervenir positivamente. China y Rusia están conscientes que el Consejo de Seguridad está paralizado porque cualquier propuesta que llame al fin de la barbarie será anulada por los occidentales que solo aceptan la condena a los palestinos preservando indemne a Israel.