China inició este jueves una serie de ejercicios militares aéreos y navales a gran escala alrededor de Taiwán, una demostración de fuerza tras la visita a la isla por parte de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Los ejercicios incluyeron fuego real en el mar que rodea a Taiwán desde el mediodía (04:00 GMT), dijo la emisora estatal china CCTV.
«Desde las 12:00 p. m. de hoy hasta las 12:00 p. m. del 7 de agosto se llevará a cabo un importante ejercicio militar del Ejército Popular de Liberación», reportó CCTV en una publicación en las redes sociales que incluía un mapa de Taiwán.
El Ministerio de Defensa de Taiwán dijo este jueves que sus militares seguirán reforzando su estado de alerta y reaccionará apropiadamente a la «situación enemiga».
Sus fuerzas armadas están monitoreando el Estrecho de Taiwán y las islas periféricas y todas sus tropas están realizando entrenamiento diario habitual, agregó el comunicado de Defensa.
«El Ministerio de Defensa Nacional enfatiza que defenderá el principio de preparación para la guerra sin buscar la guerra y con una actitud de no intensificar el conflicto ni causar disputas», señaló.
¿Por qué China ha reaccionado así?
Pelosi, el más alto cargo estadounidense en aterrizar en la isla de Taiwán en 25 años, realizó una visita breve pero controvertida el pasado martes.
China considera a Taiwán como una provincia separatista y se tomó la visita como una violación a su principio de «una sola China».
Taiwán, que tiene un apoyo histórico de EE.UU., dijo que China estaba tratando de cambiar el statu quo en la región.
La congresista estadounidense se encuentra ahora en Seúl, la capital de Corea del Sur, donde se reunió con el presidente de la Asamblea Nacional, Kim Jin-pyo.
Por su parte, ministros de Relaciones Exteriores del sudeste asiático advirtieron que las crecientes tensiones sobre Taiwán podrían desencadenar un conflicto abierto.
La agrupación regional, ASEAN, dijo que los acontecimientos recientes podrían conducir a una grave confrontación entre las grandes potencias.
Estados Unidos está ante una encrucijada. Por un lado reconoce la política de Pekín llamada «Una China», que reconoce un solo gobierno chino. Por otro, mantiene una relación «robusta no oficial» con la isla, que incluye la venta de armas para que Taiwán se defienda.
Un riesgo de confrontación
Los simulacros militares son la principal respuesta de Pekín, aunque también ha bloqueado parte del comercio con la isla.
Los ejercicios se llevarán a cabo en vías fluviales sumamente transitadas e incluyen disparos con munición real de largo alcance, según el gobierno chino.
En concreto, China ha lanzado varios misiles balísticos Dongfeng sobre las aguas de las costas noreste y suroeste de Taiwán.
Taiwán dice que eso equivale a un bloqueo marítimo y aéreo, mientras que Estados Unidos sostiene que los simulacros son un movimiento irresponsable y que podrían salirse de control.
La analista Bonnie Lin, directora del Centro de Estudios y Estratégicos Internacionales, le dijo a la BBC que el ejército taiwanés reaccionaría con cautela pero que aún existía el riesgo de confrontación.
«Por ejemplo, si China decide volar aviones sobre el espacio aéreo de Taiwán, existe la posibilidad de que Taiwán intente interceptarlos. Y podríamos ver una colisión en el aire, podríamos ver muchos escenarios diferentes», dijo.
Varios ministerios taiwaneses han sufrido ataques cibernéticos en los últimos días.
El gobierno de Taipéi también ha pedido a los barcos que tomen rutas diferentes y está negociando con Japón y Filipinas para encontrar rutas de aviación alternativas. Más de 50 vuelos internacionales con salida o destino en Taiwán han sido cancelados.
Además, se esperan retrasos e interrupciones en las cadenas de suministro y transporte global.
Japón también ha expresado su preocupación a China por las áreas cubiertas por los ejercicios militares, que dice se superponen con su zona económica exclusiva (ZEE).
En respuesta, la portavoz del gobierno chino, Hua Chunying, dijo que Pekín no aceptaba la «supuesta» ZEE de Japón.
Análisis: ejercicios sin precedentes
El anuncio de seis grandes zonas de exclusión alrededor de la isla a partir de este jueves es siniestro.
Pekín hizo lo mismo en 1996, la última vez que hubo la llamada «Crisis del Estrecho de Taiwán». Pero entonces las zonas de exclusión estaban todas bastante lejos de las aguas territoriales de Taiwán.
Esta vez, tres de las seis zonas se entrometen en el límite de 12 millas de Taiwán. Eso no tiene precedentes.
El Ministerio de Defensa de Taiwán ya calificó la medida como una violación de las convenciones de la ONU y dijo que equivale a un bloqueo aéreo y marítimo contra la isla.
Si China moviera barcos o aviones a esas áreas, equivaldría a una invasión del territorio de Taiwán. Esto hace que haya mucho más en juego, ya que Taiwán puede sentirse obligado a defender sus propias aguas.
La Marina de EE.UU. está observando todo esto muy de cerca, y ya tiene al grupo de batalla del portaaviones USS Ronald Reagan navegando cerca en el Mar de Filipinas.