Uno de los hechos geopolíticos más trascendentes y de relevantes resultados en este fin de año ha sido la visita de Xi Jinping a Arabia Saudita. El anfitrión, que hasta hace muy poco era visto como el principal aliado de EEUU en el Medio Oriente, no escatimó protocolo de honor para no dejar dudas de la importancia que daba a la visita y sus expectativas sobre la misma.
Cuando se acercaba al país seis jets de la Real Fuerza Aérea Saudita le brindaron Escolta de Honor. Además de intensificar las relaciones bilaterales Xi estará presente en la Cumbre Golfo – China para la Cooperación y el Desarrollo, junto a 14 líderes árabes, así como en la Primera Cumbre Árabe -China.
China describió la visita de Xi como el “evento diplomático más grande y de más alto nivel entre China y el mundo árabe desde la fundación de la República Popular China”.
El encuentro fue preludio de la consolidación de Beijing como principal socio comercial del Golfo Pérsico. Xi lo consideró el inicio de una “nueva era”.
El intercambio comercial sino-saudí rebasó en 2021 los 80 mil millones de dólares. Se trata del líder comercial del mundo y del principal exportador de petróleo, al que China le compra el 20% de todo su crudo. No es solo comercio: China participa intensamente en varios proyectos de infraestructura energética. Para Xi estas naciones son “un tesoro oculto de energía para la economía mundial y terreno fértil para el desarrollo de industrias de alta tecnología”.
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Empresas de Beijing y Riad firmaron 34 contratos estratégicos por más de 30 mil millones de dólares en campos de energías verdes y tecnología de la información, transporte y construcción.
Entre los firmantes estuvo Huawei Technologies comprendiendo computación en la nube, centros de datos y construcción de complejos de alta tecnología en ciudades saudíes. Por si fuera poco, el Rey y el presidente chino firmaron un “acuerdo integral de asociación” para profundizar la comunicación bilateral y profundizar la cooperación en todos los ámbitos. Los líderes se reunirán bianualmente. El Rey habría asegurado que los intereses de China son también los de Arabia Saudita.
China y los reinos del Golfo analizaron la posibilidad de un acuerdo de libre comercio e, incluso, alcanzar la integración industrial y económica complementada con un consejo de inversión mutuo y llegar al uso de sus monedas nacionales.
Sin dudas el viento sopla en diferente dirección.