Chinos en el Caribe: de obreros de azúcar a fuerza económica

Chinos en el Caribe: de obreros de azúcar a fuerza económica

Equipo de trabajo fue coordinado por la historiadora Mu-Kien Adriana Sang.

La primera gran ola migratoria de chinos hacia los países que conforman el denominado Gran Caribe (desde Florida, Estados Unidos, hasta Venezuela) se produjo en el siglo XIX y estaba destinada a reemplazar en las plantaciones de azúcar a la mano de obra negra, después de la abolición de la esclavitud.

Este y otros datos sobre la historia de estos inmigrantes asiáticos están plasmados en el libro “La presencia china en el Gran Caribe: ayer y hoy”, que pondrá a circular hoy el Centro de Estudios Caribeños de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm) en una actividad en el auditorio de esta casa de estudios superiores.

La obra, elaborada bajo la coordinación de la historiadora Mu-Kien Adriana Sang Ben, explica que la migración de chinos (y también de personas de la India) hacia territorios caribeños inicia con la prohibición de la esclavitud en el imperio británico en agosto de 1833.

“La llegada de inmigrantes chinos va a estar conectada con el proceso de sustitución de mano de obra y con la continuidad del modelo esclavista en las explotaciones agrícolas industrializadas”, establece el texto.

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Se estima que en el siglo XIX arribaron a la región caribeña cerca de 200,000 chinos, y que de este volumen una proporción se trasladó a Estados Unidos, uno de los destinos preferidos de estos asiáticos.

Entre las islas caribeñas, señala el libro, Cuba fue el destino principal de los migrantes chinos, que eran denominados despectivamente “culíes”.

En el caso de la República Dominicana, los primeros migrantes chinos llegaron a Samaná durante el período de la Anexión a España (1861-1865), provenientes de Cuba, y se trataba de un grupo de presidiarios.

En el Caribe continental, Panamá y Costa Rica tuvieron una fuerte presencia china. Entre 1850 y 1855, inmigrantes chinos, muchos procedentes de California o de México, fueron llevados a Panamá para trabajar en la construcción del ferrocarril.

Ese mismo movimiento laboral se daría en la década de los ochenta del siglo XIX, para participar en las obras del denominado “canal francés”, y a inicios del siglo XX, para participar en la construcción del canal de Panamá, llevada a cabo por los estadounidenses.

Efectos económicos

El libro refiere que, a largo plazo, los chinos contribuyeron a las economías de estos países caribeños al generar empleos, aumentar la calidad de la fuerza laboral y de la formalidad del trabajo, ayudar a mejorar la calidad del gasto y el control de los precios, y aumentar el volumen del producto interno bruto (PIB) total y per cápita.

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