Río de Janeiro .- La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, estimó que Brasil, «motor del crecimiento en América Latina», vive «tiempos difíciles» pero que el país va por el buen camino «con los esfuerzos hechos para restaurar el excedente presupuestario primario en 2016».
En una entrevista con el diario O Globo, publicada el sábado, Lagarde dijo que «la economía sufrirá una fuerte contracción este año debido a la reducción de la inversión y el consumo, y que es probable que siga siendo negativa en 2016».
En la víspera de la apertura de la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional en Lima, donde serán difundidas el martes las nuevas previsiones, Lagarde señaló que es la «crisis política causada por la investigación en curso en Petrobras, que ha creado incertidumbres, y que, a su vez, afectó a la confianza del consumidor y las empresas».
«Así que no hay duda de que Brasil pasa por momentos difíciles y esto se traduce en un aumento en la tasa de desempleo y el deterioro de las condiciones de crédito», dijo. Y añadió que «para mejorar la situación y recuperar la confianza, la inversión y, finalmente, el crecimiento, lo esencial es restablecer el equilibrio presupuestario».
La directora del FMI aboga por «un abordaje sólido, estratégico y ambicioso (de la política fiscal), cuyo eje se basa en el aligeramiento de las presiones crónicas y estructurales de los gastos» para llevar «la relación deuda/PIB a niveles razonables y estimular la confianza».
«Saludamos los esfuerzos hechos por las autoridades para restablecer el superávit presupuestario (primario) en 2016, que supone un paso en la dirección correcta para asegurar la sostenibilidad fiscal». En la actualidad el gobierno brasileño está tratando de impulsar en el Parlamento su programa de austeridad para relanzar el crecimiento de la séptima economía mundial, que entró en recesión en el segundo trimestre.
El país tiene un crecimiento reducido o nulo en los últimos cinco años. El constante deterioro de la economía, agravada por las tensiones políticas y la fuerte caída de la popularidad del gobierno hizo que la agencia de calificación Standard & Poor’s degradase la deuda de Brasil a la categoría «especulativa».
«Estas medidas (…) son esenciales para el crecimiento sostenible y para preservar el extraordinario progreso logrado por Brasil en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en las últimas décadas», defendió la mandataria del FMI.