Cibercrimen a golpe de clic

Cibercrimen a golpe de clic

Las peores pesadillas que imaginó la ciencia ficción se han convertido en realidad en la sociedad digital, en la que un cibercriminal puede paralizar con un clic el marcapasos o la bomba de insulina de un enfermo o desactivar el freno de un ascensor para que se precipite al vacío.

Son algunos de los ejemplos expuestos esta semana en Sevilla por Gianluca D’Antonio, socio de Deloitte y director del master de Cyberseguridad del IE Business School, quien alertó de las capacidades que ha alcanzado la ciberdelincuencia a un nutrido de destacados y, en algún caso, acongojados empresarios.

Un intruso digital que reprograma una lavadora conectada a la red y aumenta la velocidad y duración del centrifugado hasta que explota o la posibilidad de hacer estallar un horno tras manipular su temperatura desde un móvil son otros de los ejemplos del uso que el cibercrimen hace del internet de las cosas, expuestos por D’Antonio.

La sociedad digital ha abierto muchas opciones a los cibercriminales, que pueden manipular a golpe de clic la temperatura de una vivienda o de un establecimiento, para convertirlos en inhabitables y forzar su desalojo o reprogramar maliciosamente automóviles sin conductor para estrellarlos y matar a sus ocupantes o para dirigirlos contra objetivos humanos.

El ciberterrorismo ha llegado para quedarse y lo mejor es comprender cuanto antes su alcance en los dispositivos móviles, la robótica o la inteligencia artificial con la que funciona la sociedad digital, que en 2020 soportará más de 8.000 millones de dispositivos conectados, muchos de ellos programados desde fábrica con dispositivos de seguimiento y programas informáticos maliciosos.

El fraude publicitario a través de internet es ya uno de los negocios mafiosos más lucrativos y las noticias falsas infectan las redes sociales.

Los intrusos digitales usan algoritmos informáticos para copiar exactamente el lenguaje y cualquier detalle de los correos electrónicos de una empresa y suplantar la identidad de empleados, clientes o proveedores para vulnerar la seguridad y confidencialidad de la compañía.