Petra Saviñón 
Marconi Disla.
La preocupación por el aumento de enajenados que deambulan en las calles, mueve al ciudadano Marconi Disla a proponer al Estado la creación de una ciudad de salud mental, en la que estas personas reciban atención que les permita rehabilitarse y volver a la vida productiva.
El plan incluye a los que están en su casa sin la atención adecuada, por desconocimiento o porque las limitaciones económicas los reducen al descuido y por consecuencia, al agravamiento de su cuadro.
“En el sector público, las unidades de internamiento son limitadas, en el privado muy caras, incosteables para los de estratos empobrecidos, por tanto, queda desprotegida una gran masa, cuya calidad de vida disminuye, lo mismo que la de sus familias”, expresa.
Indica que lo esencial es saber quién velará por cientos de enfermos sin auxilio, de los que muchos pernoctan fuera de sus hogares, a la intemperie y sin rumbo desmejorados por padecimientos que les dañan a ellos y a terceros.
“Porque al no saber lo que hacen, pueden y ha ocurrido, representar un peligro para sí mismos y para otros. Algunos atraviesan las vías sin mirar, lanzan piedras, maltratan su cuerpo o son maltratados”, lamenta.
Sustenta la propuesta en que esos ciudadanos tienen derecho a un lugar digno, que les ayude a superar su mal, no tirados sin cobijo, como objetos.
