A pesar de que la cultura de los clubes barriales ha estado en declive en las últimas décadas y muchos han sido abandonados, residentes en los sectores Cristo Rey, Villa Juana y ensanche La Fe de la capital valoraron positivamente la presencia de estos por ser espacios para fomentar el esparcimiento, la recreación y la educación.
Federico Arias, con más de 70 años de vivir en Villa Juana, narra su visión de cómo ha evolucionado el Club Mauricio Báez, fundado el 11 de septiembre de 1963. “De ser un local pequeño para realizar actividades del barrio, el club se ha vuelto un lugar de mucho impacto, en el deporte y lo académico”, aseguró.
“Todos los años dedican un día para nosotros, los viejos, donde nos traen un cantante y en las tardes nos dan regalos. Los muchachos tienen diversión todo el tiempo. Ahí les dan clases de karate, baloncesto, voleibol, ajedrez, baile y computadoras”, explicó con emoción el anciano.
Indicó que en vacaciones los niños pasan sus días en el club en diversas actividades, “es decir, que las madres solo tienen que preocuparse por buscarlos a la hora de comer y vuelven a llevarlos en la tarde”.
Carolina Pérez dijo que lo mejor que ofrece el Club Mauricio Báez es la capacitación a los jóvenes. “Muchas personas hacen cursos gratuitos y terminan con buenos trabajos”, sostuvo.
Club Los Cachorros. Las opiniones respecto a este espacio están divididas, mientras jóvenes consultados se quejan por la dificultad de acceso y el deterioro de la cancha de basquetbol; la directora de una escuela de danzas que imparte docencia en el club, habla de manera favorable de la labor que realiza el presidente de la entidad, Santos María.
“Muchas personas dicen que no pueden entrar a las instalaciones del club, sin embargo, para mí nunca ha habido inconvenientes; todo dependerá de la seriedad de las actividades y la forma en la que sean solicitidas el uso de las instalaciones”, aclara Annie Martínez, la directora de la escuela de danzas.
Edwin Javier y David Tejada aseguran que toda actividad del club es programada por alquiler. “El anfiteatro no funciona y las instalaciones se están cayendo a pedazos. Nosotros pedimos que las autoridades inviertan en mejorar las instalaciones y crear un programa de actividades educativas o académicas, con miras a prepararnos mejor al momento de buscar un empleo”, señalaron.
Club Payero. Residentes en las cercanías del Club Payero, en el sector Cristo Rey, valoraron que su directiva les dé acceso a todas las personas a las diversas actividades realizadas en esa entidad.
“Aquí tenemos equipos de béisbol, voleibol y baloncesto; además damos clases de ballet para las niñas y religión, de manera general”, sostuvo Ignacio Espino, miembro de una congregación evangélica.
Ensanche La Fe. Varios jóvenes residentes en ese sector pidieron que en el Club Deportivo y Cultural Ensanche La Fe se realicen más actividades académicas y culturales, no solo deportivas. “Queremos que haya más oportunidades de estudio y preparación”.