El pasado domingo México eligió a la persona sobre la cual recaerá la responsabilidad de conducir su destino como nación los próximos seis años en unos comicios cuya campaña se recordará como una de las más violentas con más de 30 candidatas y candidatos asesinados y múltiples amenazas que han puesto en peligro la seguridad de los colegios electorales en las zonas más conflictivas del país.
Claudia Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México, de 61 años, y del Partido Morena, se impuso con unos 32 puntos porcentuales por encima de su principal competidora, la senadora de centroderecha Xóchitl Gálvez, según el rápido recuento oficial.
Tratándose de participación política femenina, me es imposible no hacer un paralelismo con el contexto local que me hace volver a preguntar: ¿cuándo la República Dominicana elegirá a su primera mujer presidenta?
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De origen lituano y búlgaro, Sheinbaum es la segunda hija del matrimonio formado por el químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga Annie Pardo Cemo. Sus padres participaron en los círculos de la izquierda mexicana durante la década de 1960, en protestas, movimientos obreros y revueltas estudiantiles.
La presidenta electa estudió una licenciatura en Física, tiene una maestría en Ingeniería Energética y posee un doctorado en Ingeniería en energías, todos grados avalados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además, Sheinbaum es fundadora de Morena, partido por el que fue candidata a la presidencia.
En el espectro político ideológico se sitúa a la izquierda y su partido, Morena, aboga por un cambio de régimen para acabar con la corrupción, la impunidad, el abuso de poder y el enriquecimiento ilimitado de unos cuantos a costa de la mayoría. Se desempeñó como jefa de gobierno de la Ciudad de México de 2018 a 2023 y cuenta con una formación académica enfocada en la ciencia, las humanidades y la política.
Claudia Sheinbaum ahora se enfrentará a grandes desafíos en un país que, aun estando dentro de las primeras economías de América Latina, posee altas cifras de homicidios relacionados con el crimen organizado y narcotráfico, desigualdad, pobreza, violencia machista y migración.
Los expertos y politólogos locales apuntan a que la presidenta mexicana electa será un referente para las mujeres y existe una gran expectativa en grupos feministas por las medidas que impulsará como jefa de gobierno en los temas que afectan a las mujeres. Su llegada al poder también significa un poco de aire fresco para el sector progresista de la región.
Ver a dos mujeres al frente de un torneo electoral en un país con las características socioeconómicas y culturales como México, me hace pensar que quizás en RD no estemos tan lejos de tener nuestra primera presidenta, lo hemos visto recientemente en los debates vicepresidenciales y en la calidad de las dos candidatas a la presidencia de la pasada contienda electoral.
Y no se trata sólo porque sean mujeres, sino porque son mujeres preparadas e interesadas en hacer vida política, contrario a las narrativas de descalificarles. Mujeres que defienden los derechos de su clase. Dicho esto, entonces ¿Cuándo llegará y quién será nuestra Claudia Sheinbaum?