A cientos de parejas se le ha problematizado aprender a desarrollar la inteligencia, la tolerancia y las actitudes emocionales positivas para vivir relaciones de pareja satisfecha, armónica, funcional, sana y para la felicidad. Lo vivido y estudiado es que cientos de parejas se divorcian, viven de forma disfuncional, asfixiante e insatisfecha; problematizadas por las infidelidades, los maltratos, los celos, el desamor, y una larga lista de conflictos propios de la vida postmoderna y de la vida en pareja.
Sin embargo, existen personas que dañan y producen desafecto y desamor a su pareja debido a las actitudes emocionales negativas y a las conductas tóxicas que se practica en día a día y, que reproducen la anemia emocional en la pareja y, cuando no, el divorcio. Por más de 20 años he tenido que asistir a parejas en conflictos y he tenido que olfatear los motivos de sus conflictos, las crisis y desavenencias. En mi experiencia como psicoterapeuta de pareja, una de las razones más comunes para la insatisfacción en pareja ha sido la ausencia de contrato marital verbalizado, revisado y consensuado, antes y durante la dinámica de pareja. Las otras causas que dañan las relaciones son: descalificar o desautorizar a la pareja delante de terceras personas o familiares de ambos, criticar o comparar a las parejas con otras personas, descalificar o minimizar las actividades de su pareja o nunca reconocer nada positivo o bueno de su pareja; más lo contrario, criticar, ridiculizar o ser indiferente a aporte o trabajo o actividades de su pareja; o usar el desapego, la intimidad o las relaciones sexuales para castigar a la pareja, o tener cuenta de ahorro o inversiones escondida de la pareja etc. Son algunos de los tantos comportamientos que dañan una relación de pareja. En cada caso una pareja puede sentirse desvalorizada, traicionada, engañada o utilizada en la relación. Al igual pasa con la infidelidad, las mentiras, la falta de transparencia de donde la pareja se siente insegura, insatisfecha o vulnerable dentro de la dinámica.
Las parejas externamente viven un estrés agudo: la situación económica, la educación, salud, el empleo, la carestía económica, los conflictos familiares, las relaciones interpersonales y grupales etc. Existen indicadores internos y externos que representan desafío para las parejas. Riesgo donde cientos de parejas no poseen la madurez, la inteligencia y las habilidades de cómo resolverlo de forma sana y funcional, que no dañe a la pareja ni a sí mismo. Hoy sabemos de parejas que dañan la relación debido a las actitudes emocionales negativas que practican: ira, enojo, frustraciones, rabia, vergüenza, culpa, resentimiento, odio, venganza, agresividad y violencia.
Vivir una relación bajo esta dinámica del maltrato va reproduciendo un daño emocional, psicológico, existencial que lleva a la pareja a la baja autoestima, a la pobre auto-aceptación, y al miedo que reproduce la perdida de la confianza y de la autodeterminación.
Las claves para no dañar a la pareja son: el reconocimiento, el apoyo, la valoración, la confianza, el respeto, el amor, la comunicación asertiva, y la transparencia. Pero también ayuda el poder funcional dentro de una dinámica inclusiva, equitativa, de derechos y de reconocimientos de ambos en las decisiones como pareja.
En los últimos años, estoy estudiando y agrupando los indicadores que dañan y que favorecen la armonía en la pareja. Para reproducir un Manual Terapéutico de Pareja, de contenido práctico, digerible y objetivo, que ayude a las parejas. Otros temas publicados sobre parejas son: La personalidad de su pareja, Parejas inteligentes, El marido psicópata y El divorcio inteligente. Al final de mes. Presentaré la propuesta para que las parejas aprendan a no dañarse.