Los amantes del café disfrutan el momento de tomarlo como una de sus actividades preferidas. Ese espacio de tiempo se convierte en una especie de ritual casi sagrado, que no debería ser interrumpido por nadie.
Hecho en la tradicional greca o en la cafetera más sofisticada, esta bebida es una de las más consumidas en el mundo, sin importar dónde se haya “colado”. Pero, ¿alguna vez se ha puesto a pensar cómo se preparaba el café desde sus orígenes?
Antes de la invención de las máquinas de café, las personas lo hacían de la forma “turca”, que consiste en poner a hervir agua con café molido en un recipiente. Luego que el agua toma el color del café, se apaga y se deja reposar. Este método no era muy agradable, debido a que se quedaban muchos residuos en la bebida.
La primera cafetera de la cual se tiene información es la francesa, creada por el farmacéutico francés Francois Antoine Descroisilles. Esta fue la primera máquina patentada (1802) y estaba compuesta por dos recipientes metálicos unidos por una chapa llena de agujeros, que servía de colador. En el recipiente inferior se colocaba el agua y en el colador, el café molido.
Descroisilles descubrió que al hervir, el agua libera vapor, que sube hacia el depósito de arriba, pasando por el filtro y a través del café molido, extrayendo su esencia y sabor.
Años después se inventaron varias imitaciones de esta cafetera.
Aunque se tienen muchas fechas que especifican cada paso en la evolución de las máquinas de café, el orden cronológico más significativo es el siguiente:
1819. Laurens Blechschmied inventa el primer percolador, especie de greca inicial.
1901. Luis Bezzera patenta de la primera cafetera express.
1919. Nace la cafetera napolitana.
1930. Llegan los primeros modelos de cafeteras de vacío.
1933. Alfonso Bialetti patenta la cafetera moka.
1945. A. Gaggia comercializa la primera cafetera exprés de pistón.