Bogotá.- Colombia vive su enero más caluroso en cinco años por los efectos del fenómeno de El Niño, que han reducido las precipitaciones y provocado que se declare la alerta roja en 20 de los 32 departamentos del país por riesgo de incendios, dijo hoy a Efe la autoridad de pronósticos del país.
“El último fenómeno de El Niño fue en 2009-2010 en Colombia y por supuesto hemos registrado fuertes temperaturas en condiciones normales, pero desde luego este enero ha sido uno de los meses más secos de los últimos años”, afirmó el director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Omar Franco.
El funcionario consideró que “desde luego” este es el inicio de año más caluroso del último lustro, superando las temperaturas habitualmente altas para esta temporada. Bogotá ha sido el mejor ejemplo al registrar este fin de semana más de 23 grados centígrados que han sumido en el bochorno a sus habitantes, acostumbrados a las nubes y el clima templado.
Franco destacó que la máxima histórica en la capital colombiana, alcanzada en enero de 1995, se sitúa en 24,9 grados, y aunque es imposible prever si este mes se superará la marca, conviene prepararse para lo que pueda ocurrir. Las temperaturas altas de enero sumadas a los efectos de El Niño han provocado que aumenten a 20 el número de departamentos con “alerta temprana por probabilidad de deforestación de la corteza ambiental».
“Esa condición viene aumentando poco a poco con el pasar de los días y el aumento de la temperatura”, alertó. La sequía por El Niño ha reducido también a mínimos históricos el caudal de los principales ríos del país, como el Magdalena y el Cauca, que en muchos lugares se pueden atravesar a pie, y obligado a las alcaldías de decenas de municipios a declarar la emergencia por la escasez de agua.
Las posibles consecuencias, además del riesgo de incendios, pueden incluir “temas de salud pública”, como la posibilidad, apuntó Franco, de “disparar algunos factores asociados al (virus del) chikunguña o al mismo zika o dengue”, así como problemas de deshidratación en niños y adultos mayores. Todo ello sin olvidar una “disminución importante de las precipitaciones».
Ante esta situación, el Ideam mantiene constante comunicación con las autoridades pertinentes para que, en caso de que sea necesario, se dé una pronta respuesta a las emergencias ante que pase lo peor previsiblemente en marzo.