El discurso inaugural del presidente Luis Abinader, pronunciado en ocasión del traspaso de mando el 16 de agosto, constituye el marco conceptual que contiene la voluntad política del flamante gobernante para la concreción de un gobierno ético y transparente, capaz de combatir la corrupción y perseguir la impunidad.
Abinader acometerá una descomunal tarea pendiente de solución para toda la nación, una estrategia en la cual han fracasado todos los jefes de Estado y gobiernos que dirigieron la Republica Dominicana desde 1966 hasta la fecha.
Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina acumulan 54 años de gestión publica dentro de un proceso de democratización progresiva ininterrumpido, como lideres de las tres formaciones tradicionales: el PRSC, PRD y PLD.
Ninguno de ellos fue eficaz combatiendo la corrupción y la impunidad, pero algunos hicieron aguajes que desembocaron en la persecución política que desacreditó la intención de justicia.
Por ejemplo, Guzmán no apresó balagueristas porque adolecía de Congreso y Judicatura; Jorge Blanco apresó a un par de funcionarios medios de Guzmán a quienes liberó la justicia debido a la crisis económica y social; Balaguer despedazó a Jorge Blanco, al General Manuel Cuervo Gómez y Leonel Almonte; luego, Balaguer llevó al poder a Leonel Fernández para salvar de la cárcel a mucho de sus partidarios corruptos, Hipólito Mejía encarceló a unos cuantos peledeistas y cuando Fernández retornó en 2004, persiguió varios perredeistas. Finalmente, Medina a nadie apresó del gobierno anterior de su propio partido.
Todos amagaron y no dieron justicia, fueron persecuciones que no previnieron ni disuadieron futuras depredaciones al erario.
Roguemos para que el gobierno ético y transparente de Abinader sea posible y pueda levantar el trofeo por haber adecentado la política dominicana. De eso se trata: pulcritud.