Como antes hemos dicho, la inflación actual es la más alta de los últimos 10 años y eso es mucho como para no importantizarla. Igual de relevante es saber en la actual coyuntura sus causas, si obedece a razones monetarias, a una demanda superior a la oferta, al incremento de los precios internacionales de las principales materias primas o una combinación de esos factores. Para esta opinión los tres han sido clave en la variación de los precios locales.
De todos modos, a la población poco le interesa las causas de la inflación, lo que le provoca tormento es que, comer ahora resulta más caro que antes y que el costo de los alimentos lo padece con mayor peso, los de menor nivel de ingreso, de ahí su propensión marginal al consumo; esto es, la tendencia de destinar más dinero al consumo al recibir un ingreso adicional, dándose ese fenómeno principalmente en los casos en que, a menor es el ingreso, mayor es la tendencia a consumir productos, debido las necesidades básicas insatisfechas.
El 20.0 % de la población ocupada en el país recibe ingresos mensuales por RD$ 5,930, indicativo de que, la mayor cantidad de dominicanos, sus ingresos lo destinan a bienes de consumo, sin posibilidad alguna de poder ahorrar o invertir en bienes duraderos, como viviendas, automóviles, razón por la cual, la comida será más cara en términos relativos para los sectores mayoritarios que reciben menos ingresos monetarios.
Ningún ciudadano celebra que los precios se encuentren altos y menos aun los de bajos ingresos. A todos no les queda otra opción que soportarlo o dejar de consumir en cantidad y calidad los bienes que necesita, en desmedro de su calidad de vida.
La inflación o incremento de los precios es como la edad, pongamos un ejemplo para el que esté leyendo esta opinión. En algún mes del 2020 tuviste un año más de vida, pero en el 2021, cumpliste o cumplirás otro más, entonces, en vida, nadie deja de cumplir un año, por cada año que pase en el calendario; de la misma manera les acontece a los precios, cada vez que un producto aumenta, se adiciona a los aumentos anteriores, razón por la cual, en la generalidad de los casos, siempre los artículos serán más caros.
Naturalmente, habrá momento en que el incremento de los precios es mayor que en otro tiempo, tal es el actual caso, donde los precios del 2021 a nivel general se han incrementado a octubre en un 6.56 % y podría estimarse que cerrará el año entre un 7.5 % a un 7.8 %, rompiendo el techo de la meta de inflación propuesto por las autoridades y muy probablemente los bolsillos o la cabeza de muchos ciudadanos.
Los datos anteriores son de conformidad a las cifras oficiales, el imaginario social construiría otro nivel de inflación, más asociado a su realidad material y superior al dato conocido. En una canasta de alimentos de la dieta básica, conformada por el plato denominado la bandera dominicana, arroz, habichuela y carne, un desayuno y cena compuesto de pan o víveres y alguna acompaña, los precios han tenido una elevación mucho mayor que el 6.56 % a octubre del 2021. Veámoslo de cerca.
En lo que va del 2021 en estos solo 13 productos del diseño de la muestra, según las cifras oficiales, han hecho que la comida esté más cara: el aceite en un 31.0 %, el pan de agua ha subido en un 24.2 %, la harina de maíz en un 21.2 %, el ajo en un 20.5 %, los cereales en un 17.1 %, el salami en 16.0 %, las legumbres y hortalizas en un 13.7 %, la carne de res en un 13.5 %, el pollo en un 11.0 %, el bacalao en un 10.0 %, la chuleta en un 9.6 %, los espaguetis en un 8.6 %, la mantequilla en un 7.5 % y naturalmente, al comprarse en los colmados, los precios serian aún mayores. .
Ante un comportamiento de precios como el descrito, no cabe la menor duda que la comida de hoy es más cara que la de enero del 2021 y como la inflación del 2020 fue de un 5.5 %, también mayor que la meta de inflación, estos datos son indicativos, de que los aumentos de precios no parecen ser transitorios, sino que muestran señales de ser duraderos, al menos hasta entrado el 2022.
La comida está más cara, es una expresión que se escucha donde quiera que haya un comercio que venda comida, no importa que sea un mercado como el de la Duarte o Villa Consuelo, en un colmado del barrio El Capotillo, de un supermercado de la avenida Independencia, visitado por gente de ingreso medio o de supermercados de los sectores de ingresos medio a alto, en todos se escucha que la comida está más cara y otros van más lejos y llegan a decir que no hay quien aguante esto.
Si nos trasladamos a los precios de los combustibles que se utiliza para el transporte de la comida y de los pasajeros, encontramos que, de enero a noviembre, los combustibles están más caro, el galón de gasolina premium pasó de RD$ 219.50 a RD$ 272.80, la regular de RD$ RD$ 206.20 a RD$ 256.30, el gasoil regular de RD$ 169.30 a RD$ 199.10 y, el gas licuado de RD$ 117.76 a RD$ 139.10.
Desde el año pasado, pero en forma más intensa en el 2021, los precios en la República Dominicana no les han dado tregua a los consumidores, a pesar, de que, en el país, producimos prácticamente todos los bienes de la comida básica que consume el ciudadano. Es muy probable que por esa razón muchos estómagos de los sectores de bajos ingresos han estado menos lleno, así como la despensa de los de ingreso medio.
La alta inflación o incremento de los precios ha golpeado con más miramiento a los pobres y a los de ingreso medio y ahora que el año cierra con las tradicionales fiestas navideñas, en la cena de noche buena, el puerco asado, la telera, el moro, la ensalada rusa y los pasteles en hoja costarán aún más caro, de manera que, el 2021 quedará coronado como el año de la comida más cara de los últimos 10 años.
A comer más caro o a comer menos, alternativa que solo le deja espacio a la población de ingreso bajo y a los de ingreso medio, de comer menos, pero con el sabor amargo de una disminución en la calidad de su nutrición.