El coronavirus (Covid-19) no sólo amenaza la salud humana, también afecta a la economía de los países infectados.
La epidemia, proveniente de la región china de Hubei, provincia donde están concentradas la mayor cantidad de fabricas de autos del país asiático, una especie de Detroit americana, siguió aumentando su infección creando grandes problemas de salud.
Ahora bien, al no tener vacunas para hacer frente a la problemática sanitaria, eso ha puesto en jaque también la producción de autos del país, segunda economía mundial y principal fabricante de vehículos y suministros al mundo, poniendo en dificultad a casi todos los constructores de vehículos al mundo, en absoluto uno de los sectores más afectados.
Por ahora parecería que el brote no tiene fronteras y cada vez hay mayor cantidad de casos de coronavirus a nivel mundial. Latinoamérica parecería ser la región con menor cantidad de casos, pero habrá que esperar como se desarrolla el virus en las próximas semanas.
En territorio chino, el consumo de automóviles cayó durante el último mes, ya que las personas no salen a las calles por temor al contagio. Esto también perjudicó a la producción, debido a que las líneas de montaje se encuentran casi sin personal operando, no sólo para la elaboración de nuevos vehículos sino también para sus respectivas piezas.
En sintonía con este efecto, al no haber producción de piezas, bajan las exportaciones, generando que aquellos países que reciben componentes para sus fabricas deban demorar la producción de nuevos automóviles. Según un informe de la agencia Moody’s, con la caída de las bolsas de valores del mundo y el pésimo estado actual de las ventas, se espera que el comercio automotor global caiga en un estado muy negativo.
En cambio, en los países latinoamericanos, por el momento no hay faltantes de repuestos, y aunque si el virus continúa propagándose, es posible que en los próximos meses se encuentre una cura para le enfermedad.