Para evitar que la abundante y variada oferta de comida y bebida del “todo incluido” que ofrecen numerosos restaurantes y hoteles se transforme en digestiones pesadas y kilos de más, los nutricionistas ofrecen pautas que ayudan a prevenir y compensar los excesos del bufé libre…
El “bufé”, término derivado del idioma francés que designa una “comida en la que todos los alimentos están dispuestos a la vez en una o varias mesas para que los comensales, de pie, elijan lo que prefieran”, puede tener un impacto muy diferente en quienes los consumen cuando se le añade la palabra “libre”.
Es que los también llamados restaurantes o servicios de tenedor libre o “self service” (autoservicio), que permiten comer y beber todo o casi todo lo que uno desee pagando un precio fijo, pueden ser buenos para el bolsillo, pero peligrosos para la silueta.
No todo lo que reluce es oro y la abundancia no siempre conviene cuando se trata de comer por placer y no por deber, recalcan los expertos en nutrición, recordando que hay que evitar que la suculenta y variada oferta de comida de los bufés libres y los menús “todo incluido” nos conduzca al libertinaje gastronómico.
Esta modalidad es aceptable si se practica con acierto y moderación, aclaran los expertos en nutrición.
“No es malo buscar la mejor opción en la relación calidad-precio en la comida, pero aprovecharlo para cometer continuos excesos durante un lapso prolongado como las vacaciones, puede sumar de 0.5 a 1.5 kilos de más al cuerpo por cada semana”, explica Rubén Bravo, experto en nutrición y gastronomía del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
El riesgo de la glotonería. “Hace años, el sistema de restauración de estilo bufé se centraba en cruceros y restaurantes de hotel, pues está diseñado para dar de comer a un gran número de personas en un horario más o menos amplio”, explica a Efe, el portavoz del IMEO (www.imeoobesidad.com).
Bravo indica que este modo de comidas era muy común esencialmente en las épocas estivales y vacacionales.
Explica que en los últimos años al bufé tradicional se han incorporado variantes importadas de las influencias brasileñas, chinas y americanas, donde se paga una cantidad fija por comer todo lo que uno quiera.
“A estos restaurantes se suele acudir en cualquier época del año y sin un motivo concreto, salvo salir a comer fuera de casa”, explica Bravo.
Consultado por Efe sobre las características nutricionales que suelen tener las comidas de estos establecimientos, Bravo responde que “en los bufés de hoteles o cruceros la variedad y la calidad suele ser más alta que en las opciones “come todo lo que quieras”, principalmente por la sostenibilidad del propio negocio”.
“En general, y centrándonos en las opciones más cotidianas, para que un bufé libre sea rentable debe acudir a alimentos de calidad nutricional media, que sacien el apetito de forma temprana y no tengan muy alto coste”, señala este experto en nutrición.
Por eso, “lo habitual es encontrar en ellos arroz, patatas, opciones harinosas, como la pasta, la empanada o similares, carnes o derivados cárnicos como salchichas, pollo en salsa, charcutería, quesos, huevos, postres dulces y repostería en general”, apunta. “Las características nutricionales de estos alimentos no se encuadran dentro de las más saludables si tenemos en cuenta el factor cantidad de micronutrientes (vitaminas, minerales…) por cada caloría aportada, indica el experto del IMEO.