La mayoría de padres anhelan que sus hijos sean felices, entregan todo su ser, tiempo y espacio en busca de que estos alcancen esa felicidad. El bienestar emocional es uno de esos factores imprescindibles para alcanzar la felicidad, por tanto debemos tomarlo en cuenta en nuestras tareas diarias como padres.
La tranquilidad emocional es de vital importancia para que nuestros hijos tengan una buena disposición frente al aprendizaje académico, por lo que durante el desarrollo intelectual, es imprescindible que los padres y las escuelas trabajen con la educación emocional de los menores. Cuando los niños y/o adolecentes son felices se potencializa la motivación hacia el aprendizaje.
A demás las personas que manejan sus emociones presentan menos síntomas de ansiedad y depresión, poseen mejores estrategias para solucionar sus problemas y tienen una actitud positiva ante la vida, recuperándose más rápido de las circunstancias negativas.
Es importante recordar que aunque los centros educativos deben colaborar con la formación de la inteligencia emocional, esta se construye con la práctica diaria y con el ejemplo. Los maestros pueden ayudar a gestionar las emociones de forma correcta y contribuir en el proceso, pero teniendo siempre presente que el principal ejemplo viene de la familia. Muchas veces las emociones son el reflejo de lo que experimentamos o las situaciones que vivimos.
No podemos evitar sentir miedo, tristeza, u otras emociones que consideramos adversas, pero sí podemos aprender a manejar las reacciones ante estas, gestionándolas de manera asertiva. Lo que hagamos frente a la ira o ante la tristeza va a representar un ejemplo para nuestros hijos acerca de cómo reaccionar cuando experimenten estas emociones, que aunque no son de nuestro agrado, son parte de la vida.
Cuando enseñamos al niño a gestionar sus emociones, les estamos dando los fundamentos para que en el futuro, cuando acontezcan situaciones que dependan del manejo emocional, puedan superar los obstáculos de manera satisfactoria. Los niños tienen derecho a sentir emociones positivas y negativas, es responsabilidad del adulto ensenarles a manejarlas de manera correcta.
Cuando los niños experimentan emociones que solemos rechazar como la tristeza, o reaccionan con llantos ante algunas situaciones, debemos enseñarles a mantener la calma y ofrecerles estrategias de resolución de conflictos. El primer paso es ayudarlos a identificar sus emociones, pregúntele como se sienten y converse con ellos al respecto. Responda con empatía y entendimiento a sus emociones, explicándole la forma de autocontrolarlas.
Muchas veces a los niños se les dificultad expresar lo que sienten, sobre todo a los más pequeños, pues aún no saben identificar las emociones, enseñarlos requiere de mucho amor y paciencia. Para ello los padres pueden auxiliarse de láminas que muestren los diferentes estados de ánimo, así el niño va descubriendo gradualmente cuál o cuáles está sintiendo en ese momento. Es importante enseñarle que se puede tener más de una emoción a la vez. Es recomendable preguntarle si se trata de una emoción agradable o desagradable, sin presionarlo dándole su espacio y tiempo para expresar lo que siente.
Ayúdelo a entender que lo que siente tiene un por qué y un para qué. Ensénele a crear consciencia sobre la causa de su sentimiento y que acción quiere tomar frente a este, así como qué gana o qué pierde con la misma.
Como padre hágale las preguntas correctas a su hijo, a fin de poder guiarlo y desarrollar en él la empatía, para que además de identificar sus propias emociones, también aprenda a conocer la de los demás y a ponerse en el lugar de otras personas. Pregúntele cómo se sintió el otro. Recuerde que las emociones sirven para conocernos a nosotros mismo, si no identificamos nuestras emociones jamás vamos entender las de los demás
Conviértase en el modelo de su hijo manejando las emociones de manera asertiva. Recuerde que la comunicación es vital en toda buena relación, enséñele a expresar sus emociones y escuchar la de los demás. Modele usted siendo una escucha activa. . La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia