Pregunte a cualquiera de los millones de estudiantes preadolescentes y adolescentes que regresan a la escuela este mes y lo confirmarán: el estrés de la escuela en 2024 se extiende mucho más allá de los horarios de clase, la tarea y la falta de tiempo con amigos.
“Los preadolescentes y los adolescentes están atravesando una tormenta perfecta”, explica Gene Beresin, psiquiatra de niños y adolescentes en Mass General Brigham. “Están preocupados por los virus. Están preocupados por las nuevas cepas de COVID. Están preocupados por la polio. Están preocupados por el virus de la viruela del mono. Les preocupa que otro brote viral resulte en otro aislamiento. Les preocupa el cambio climático, la economía y si sus familias pueden pagar las cosas. Les preocupan los tiroteos masivos. Muchos están preocupados por la difícil situación de las poblaciones desatendidas”, añade.
Según la Unicef, alrededor del 15% de los adolescentes entre 10 y 19 años en América Latina y el Caribe sufren algún trastorno mental diagnosticado, lo que representa cerca de 16 millones de jóvenes. Esto convierte a la región en la que tiene las tasas más altas del mundo.
¿Por qué la adolescencia puede ser un momento estresante para muchos adolescentes?
La adolescencia es una etapa increíblemente estresante de la vida. En la adolescencia, el cerebro de los niños está madurando. Están buscando (y desarrollando) la independencia. Sus relaciones y experiencias sociales comienzan a destacarse en el contexto de sus vidas. Y todos estos cambios hacen que consideren y se preocupen por diferentes temas de formas más complejas.
“Un niño en edad escolar está más preocupado por caer bien y encajar”, explica el doctor Beresin. “Un adolescente está luchando con preguntas como, ‘¿cómo encajo sin dejar de ser independiente y autónomo, y ser yo mismo?’. Cuando puede ver todos los matices como los adolescentes en su etapa de desarrollo, puede quedar enredado. Necesitan tiempo y experiencias valiosas con compañeros, maestros, padres, cuidadores y otros, para resolver su identidad y el papel que juegan con los demás”.
Según el doctor Beresin, los temores y las ansiedades de los adolescentes sobre el estado del mundo, sus familias y sus vidas son los principales contribuyentes a las condiciones de salud mental que enfrentan los estudiantes en la actualidad.
El regreso a la escuela es un momento especialmente estresante para los adolescentes. Como explica el doctor Beresin, “para la mayoría de los adultos jóvenes, el trasfondo de su vida es principalmente la escuela, la familia, los amigos y la recreación. Y su recreación se basa en gran medida en la escuela, o al menos ese es el entorno en el que ocurre la recreación. Entonces, la mayor parte de su vida está integrada en la escuela”.
“La escuela es muy importante porque no solo es donde los estudiantes aprenden, sino también donde construyen amistades”, dice el doctor Beresin. “Es donde desarrollan habilidades deportivas, donde realizan actividades extracurriculares. Aprenden cómo desenvolverse en los entornos del salón de clases. Y también es la base de cómo desarrollan un sentido de inclusión, identidad, autonomía… y es donde se enfrentan a cómo son tratados. También aprenden, a veces de la manera más difícil, a resolver conflictos que ocurren naturalmente en sus vidas”.
Factores estresantes cognitivos comunes para los adolescentes
Los adolescentes se enfrentan a una larga lista de factores estresantes que incluye: presión para rendir bien en la escuela, actividades extraescolares y extracurriculares, demandas de servicio comunitario yproblemas de salud pública y seguridad.
Factores sociales estresantes: cambios en las relaciones platónicas y románticas, acoso, para algunos, presiones para involucrarse en el uso de sustancias y conductas de riesgo. presión para cambiar o controlar la apariencia física, la necesidad de centrarse continuamente en los medios digitales y sociales.
Factores estresantes de la familia y el hogar: estrés familiar, como conflicto, enfermedad, dificultades económicas y/o divorcio, cambios en las relaciones familiares, trabajos y decisiones de carrera, falta de tiempo libre.
“Los estudiantes están volviendo a la escuela en esta era de incertidumbre, división y polaridad”, dice el doctor Beresin. “Y están preocupados: ‘¿Voy a encajar? ¿Les gustaré a otros chicos? ¿Seré capaz de seguir el ritmo de trabajo o me he atrasado demasiado? ¿Sigo siendo tan bueno como solía ser en atletismo y otras actividades?’”.
Y no es solo el estrés académico, las actividades extracurriculares y la posición social también afectan a los adolescentes. Muchos de los estudiantes de hoy también enfrentan temores sobre sus vidas y el bienestar de sus familias.
El doctor Beresin dice: “No tengo una sola conversación con un joven sin hablar sobre las preocupaciones sobre el planeta, las preocupaciones sobre el mundo que están heredando, los virus, el cambio climático, la recesión económica, la discriminación, los disparos o las agresiones”.
Muchos padres se preguntan acerca de los medios digitales y sociales como posibles factores estresantes para los adolescentes. Según el doctor Beresin, si bien estos dispositivos y aplicaciones ciertamente necesitan mejores técnicas de administración, no son los únicos responsables.
“Somos rehenes de los medios digitales”, dice el doctor Beresin. “Y no hemos aprendido a usarlos productivamente y con moderación. Es complicado, y nos complican la vida. ¿Causan más estrés, ansiedad, depresión y soledad? Seguro. Pero es solo uno de los muchos factores que contribuyen a la situación del regreso a clases”.
¿Cómo afecta el estrés a los adolescentes?
El estrés del regreso a la escuela puede ser abrumador para los adolescentes. Y es posible que no sean capaces de reconocer o articular sus necesidades.
Los adolescentes que están estresados pueden mostrar algunos de los siguientes signos: mal humor e irritabilidad, mayor ansiedad y preocupaciones, a veces, comportamiento de oposición o desafiante, o cerrarse y aislarse, problemas para dormir, intereses reducidos en aquellas actividades que realizaban anteriormente, energía reducida o más cansancio de lo habitual, dificultad para concentrarse y declive académico, falta de motivación, evitar amigos o actividades favoritas, reducción o aumento del apetito, dolores de cabeza, de estómago, tensión en la mandíbula y/o rechinar de dientes.
¿Cuáles son algunas buenas técnicas de afrontamiento para los adolescentes?
No existe una manera fácil de ajustarse a las demandas y a los factores estresantes que enfrentan los preadolescentes y adolescentes de hoy. Pero hay formas para que controlen sus emociones para que el estrés no se vuelva intolerable.
El doctor Beresin dice que los preadolescentes y los adolescentes pueden manejar el estrés de varias maneras. “Creo que los estudiantes pueden y deben ser activistas. Quiero que observen, con la orientación de los maestros, su plan de estudios y actividades extracurriculares”.
Él explica que el activismo no solo es una excelente manera para que los adolescentes establezcan una identidad y se conecten con un grupo, sino que también es una salida creativa, una forma positiva de rebelión y un canal para el pensamiento abstracto. Lo que es más importante, es un medio para promulgar cambios en el sistema que está causando problemas de salud mental tan graves.
Pero el activismo por sí solo no ayudará a controlar el estrés. “No reemplaza una buena higiene del sueño, el ejercicio, la dieta, la meditación, que todos los niños deberían hacer; el yoga y el uso de la terapia cognitiva conductual, y el mismo proceso de autocuidado debe ser practicado por los padres”.
Las habilidades de afrontamiento adicionales incluyen el autocuidado, como: establecer límites, elegir actividades que lo revitalicen o lo relajen, cambiar el entorno, participar en una actividad tranquila, yoga y/o meditación.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Así es como los padres pueden ayudar a sus hijos a manejar el estrés: controle su propia ansiedad cuidándose a sí mismo.
Usted está en la mejor posición para ayudar si su estado mental es tranquilo, pregúnteles qué les preocupa: “¿Qué es lo que más te molesta?”, “¿qué te preocupa?”. Las preguntas abiertas siempre son mejores, ya que pueden proporcionar información clave sobre cómo abordar los problemas de los chicos.
Escuche y valide sus sentimientos, tenga conversaciones frecuentes, anímelos a usar las artes creativas para expresarse. Hable con ellos sobre las narrativas familiares y cómo hemos superado tiempos difíciles antes. Hágales saber: podemos manejar esto, mire los medios con ellos y utilícelos para discutir temas importantes.
Apoye a otros en su comunidad que puedan estar luchando. Envíeles una nota optimista, un video de YouTube, prepáreles una comida. Dar a los demás siempre se siente bien, y es mejor que recibir.
Según el doctor Beresin, “los padres y cuidadores podrían abogar por más tiempo libre, por menos demandas, por menos enseñanza para el examen, por cambiar el sistema y las políticas escolares, y ver qué funciona, por más aprendizaje socioemocional”.
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