Por: Dr. Jimmy Barranco ventura
El aumento de los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud de interés global, que afecta a uno de cada diez adultos a nivel mundial. Nueve de cada diez adultos con ERC no saben que la padecen debido a que esta enfermedad es asintomática en sus fases iniciales, por lo cual es necesario evaluar la función renal por lo menos una vez al año.
Los principales factores de riesgo de padecer ERC son diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular, tabaquismo, obesidad, edad mayor de 60 años y una historia familiar de enfermedad renal. Todo paciente sometido a un chequeo médico de rutina debe ser evaluado para identificar si existen factores de susceptibilidad o de iniciación de ERC.
El examen físico del paciente debe incluir siempre la medición de su presión arterial; y en aquellos con algún tipo de riesgo se debe medir, al menos una vez, la creatinina plasmática, para estimar la velocidad de filtración glomerular (VFG), y medir también las proteínas en orina. Una VFG por debajo de 60 mL/min y la presencia de proteínas en la orina, aún en estadios iniciales de la ERC, se asocian con un peor pronóstico cardiovascular.
En los adultos mayores la progresión del deterioro renal es lenta, pero se acelera si hay proteínas en la orina, en casos de diabetes o hipertensión, y si la VFG es menor de 30 mL/min. Son estos pacientes en especial los que se benefician de un manejo nefrológico preventivo, controlando la diabetes y la hipertensión. Las medidas dietéticas preventivas incluyen una reducción en la ingesta de sal (menos de 2,300 mg/día), para facilitar el control de la hipertensión.
La restricción severa de proteínas no es recomendable por el riesgo de desnutrición. También se debe controlar la obesidad, con dieta y actividad física moderada (30 a 60 minutos, 5 veces por semana); evitar el tabaco y los medicamentos nefrotóxicos.
Para prevenir la ERC es necesario controlar bien todos los factores de riesgo.