Es imposible hacerlo sin una prueba de detección. La gripe común y el coronavirus tienen síntomas tan parecidos que es posible que deba someterse a un test para determinar cuál de las dos es la causa de su malestar.
Dolores corporales y de garganta, fiebre, tos, dificultad para respirar, fatiga y dolor de cabeza son síntomas que comparten las dos dolencias.
¿Una diferencia? La gente con gripe suele sentirse más enfermas durante la primera semana, mientras que con el COVID-19, lo peor podría llegar en la segunda o tercera semanas y la patología podría prolongarse más tiempo. Otra diferencia: es más probable que el COVID-19 cause pérdida de gusto y olfato. Pero no todo el mundo experimenta este síntoma, por lo que no es un método de detección fiable.
Esto remite a las pruebas, que ganarán importancia a medida avance la temporada de influenza este otoño en el hemisferio norte. Los doctores deberán conocer el resultado de los test para determinar el mejor tratamiento.
También es posible contraer los dos virus al mismo tiempo, apuntó Daniel Solomon, un médico experto en enfermedades infecciosas del Brigham and Women’s Hospital y de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston. Someterse a la prueba de detección de una o de las dos enfermedades dependerá de su disponibilidad y de los virus que circulen por la zona en la que vive, agregó.
“Ahora mismo, no estamos viendo transmisión comunitaria de la influenza, por lo que aún no se recomiendan los tests masivos para la gripe“, apuntó Solomon. Tanto la gripe como el coronavirus se propagan a través de las gotas que salen de la nariz y la boca. En ambos casos, el foco de contagio puede ser una persona que no sabe que tiene el virus.
La gripe tiene un periodo de incubación más corto, lo que supone que después de contraerla los síntomas pueden tardar en manifestarse entre uno y cuatro días, frente al coronavirus, que se pueden demorar de dos a 14.
En promedio, el COVID-19 es más contagioso que la gripe. Pero mucha gente con coronavirus no se lo contagia a nadie, mientras que algunas lo transmiten a muchos otros. Estos “actos de superpropagación“ son más habituales con el COVID-19 que con la gripe, apuntó Solomon.
La prevención de la gripe comienza con una vacuna anual adaptada a las cepas del virus que circulan.
Las autoridades sanitarias querrían que la campaña de vacunación batiese récords este año para evitar que los hospitales se vean sobrepasados por dos epidemias a la vez.