Las sociólogas mexicanas Patricia Gaytán Sánchez y Martha Elena Pérez Pérez justifican su postura de que el piropo es un instrumento dominador contra la mujer al afirmar que es un acto unilateral de parte del hombre, que con la acción éste busca una gratificación personal, invade sorpresivamente a las mujeres en un espacio público, presiona para no “provocar” a sus agresores, culpándolas por las agresiones cometidas hacia ellas, busca la subordinación de la mujer y la posiciona como objeto de placer.
Esto en parte es refutado por Piña: el piropo –dice- también se manifiesta de mujer a mujer (acción tomada como un real y verdadero halago, validación externa), de mujer a hombre (el menos común, y casi siempre correspondido por el hombre por el machismo imperante en la sociedad), de hombre a hombre (este sí es visto como acoso también por el machismo).
Además, explica que el piropo no exige un lugar específico para ‘lanzarlo’, como es el caso del acoso callejero.
Puede leer: Ramón Orlando sueña que RD valore su identidad musical
Cómo saber si fue un Acoso o no
Rosalía Piña, a través de catcallsofdr, orienta a sus seguidoras sobre cómo saber si fue o no un acoso, para ello, argumenta, hay que tomar en cuenta el contexto, la cultura o subcultura, lugar, consentimiento y sentimiento que este genere. Otros elementos a tener en consideración es el tipo de mensaje (si es soez o halagador), el tono y gestos.
Esto sí es acoso
“Si una mujer escucha una expresión inesperada o sorpresiva en un espacio laboral o cualquier otro, si esta es repetitiva, a veces proviene de un superior, y provoca asco, incomodidad, miedo, molestia u otro sentimiento indeseado, es acoso”, asegura Rosalía Piña, quien se involucró con el tema luego de presentar la tesis que sustenta su título de Comunicadora Social.
Parte de la investigación de su tesis son: Propuesta de guion basado en las experiencias de acoso sexual callejero de mujeres jóvenes entre las edades de 18 a 35 años, Santo Domingo, D.N (2019), está contenida en el segundo capítulo del libro ‘Catcalls auch worte sind belästigung’ (en español “Acoso callejero’: Las palabras también son acoso’) escrito por la alemana Hannah Klümper de Catcalls de Berlín, de venta en Amazón.
Seguridad urbana
Plan International, que tiene años implementando programas para promover la seguridad urbana de las niñas y adolescentes, señala que el acoso callejero es la forma de violencia de género más normalizada. Se manifiesta a través de: silbidos, ruidos de besos, bocinazos, frases y gestos obscenos, roces intencionados, miradas intimidantes, toques y masturbación.
Ante esta problemática social, un total de 12 países penalizan el acoso sexual callejero a destacar, el Reino Unido, México, España, Bélgica, Chile, Perú, Francia, Costa Rica, Argentina, Holanda y Nueva Zelanda. En República Dominicana, el Poder Ejecutivo sometió en diciembre de 2022 al Congreso Nacional el proyecto de Ley Integral de Violencia contra las Mujeres, que incluye en acoso callejero. En ese sentido, Piña aclara que para la creación y aprobación de estas leyes, cada país ha tomado en cuenta su cultura y realidad social.