Confieso que he tenido que asistir a través de la psicoterapia a personas víctimas de acoso moral, de grupos tóxicos y de personas tóxicas. A veces es difícil establecer un perfil de entrada del que tiene una actitud tóxica, debido a que saben cómo disfrazarse, como fingir ser una persona buena, o cómo aparentar la inocencia la empatía y la solidaridad. Es con el tiempo, la socialización y el compromiso que las personas tóxicas se ponen en evidencia, muestran sus garras, su envidia, sus celos, sus resentimientos y su perversidad. Pero, si algo importante sabe el tóxico, es que debe estar más cerca de su víctima, conocer sus movimientos, su historia, sus debilidades, para esperar el momento, -como el lobo- cuando atacar. A veces podemos olfatear algunos reflejos o señas ligeras cargadas de toxicidad, comentarios desafortunados, ataques que suenan triviales de los tóxicos, pero aún así, continuamos sin establecer el perfil. Ahora bien, es más difícil y más tedioso cuando la persona tóxica es alguien del vínculo primario: padres, hermanos, esposo(a), compadre, suegra, tío(a), etc. Lógicamente, es diferente al tóxico del trabajo, vecinos, amigos, compañero del partido, gremio, religión, o en los espacios socio-culturales. Una persona tóxica en la vida laboral, en la amistad o en el proyecto de vida se convierte en una fuente de energía negativa que no permite ni deja que la otra persona fluya, sea feliz y productiva. Cómo y cuándo identificar las personas tóxicas: son personas que se disfrazan de buena persona o de conductas inofensivas. En poco tiempo se ganan tu confianza, apego o empatía, debido a que no te confrontan, o nunca hablan para no generar sospecha. De forma sutil, intenta aislarte de tu entorno, para luego poder controlarte.
Te van haciendo su dependiente en lo económico, lo emocional, lo afectivo, lo gerencial, para luego incidir e influir y sentirse el dueño de tu vida. Siempre quiere utilizarte para sus deseos, intereses u objetivos. Siempre te hace sentir culpable, injusto, egoísta, torpe o inseguro de lo que haces si no lo consultaste o no aceptas que él te dirija. Te critica, te busca defectos, menosprecia tus logros, los percibe como insignificantes o de poca utilidad, o de mala inversión; suelen no respetar tus decisiones, no te admira, no te considera, son indiferentes, fríos y distantes cuando no son protagonistas del proyecto del otro. Nunca aceptan la independencia, la autonomía, y decisiones de la otra persona, pues de lo contrario puede distanciarse, se ponen agresivos o te declaran la guerra.
Con el tiempo las personas tóxicas minan la autoestima, el amor, la creatividad, debido a sus comentarios, su resistencia, su incomprensión, su silencio patológico o su lucha por influenciar o manipular tus decisiones. Afirma el profesor Tomás Navarro en su libro La Fortaleza Emocional: no se puede descartar a nadie, la persona tóxicas puede ser tu pareja, tus padres, el amigo, el compañero de trabajo, el líder espiritual etc.
La consecuencia de encontrarse bajo el dominio de una persona tóxica son: ansiedad y angustia, depresión, decepción, traición, sufrimiento, lucha constante, degaste emocional, apego-desapego, alegría-dolor, sufrimiento, rabia y enojo, debido a la conducta emocional de la persona tóxica que no suelta a su víctima.
Las personas tóxicas suelen ser amante de la manipulación, el cinismo, el chantaje, el control, la dramatización, el teatro y la utilización del chisme como producto social que, suele ser su arma preferida. Los rasgos y trastorno más frecuente en los tóxicos: son psicópatas, pasivos-agresivos, límites, histriónicos y narcisista etc. Qué hacer con las personas tóxicas: mantener la distancia, poner límites, no le haga participe de sus proyectos, no lo involucre en su vida emocional, no se mueva con los intereses de ellos, no establezca dependencia, no valores sus comentarios, conducta, o decisiones de exclusión. Si la persona tóxica es del vínculo primario busque la ayuda, si está fuera de su círculo, entonces, no dude en poner distancia, alejarse y buscar nuevas personas con quienes vincularse. Recuerde las personas tóxicas difícilmente cambian, el control y la manipulación son parte de su naturaleza humana. Nunca acepte vivir en la piel de una persona tóxica.