Se ha demostrado que los directivos, ejecutivos y gerentes prefieren tener como colaboradores internos a personas comprometidas con la misión, la visión, los valores, las políticas, los objetivos y las estrategias de las organizaciones que ellos lideran.
En estos tiempos de poca lealtad, hay que desarrollar acciones creativas y creíbles que contribuyan a crear un clima laboral sano, productivo, competitivo y participativo.
Para lograr que el talento humano interno se comprometa con la filosofía y cultura de la organización, es necesario ir más allá de la formulación de promesas que nunca se cumplen. El compromiso hay que gestionarlo desde el bienestar, la voluntad y las expectativas de las personas. El compromiso entre el personal y la organización es un acuerdo que se enmarca en la estrategia ganar/ganar.
El compromiso laboral es una ventaja competitiva que se construye creando vínculos sinceros entre el personal y la organización.
En las empresas e instituciones con climas laborales excluyentes, autoritarios, poco transparentes e inestables, es casi imposible encontrar colaboradores internos que se comprometan a realizar esfuerzos extraordinarios para satisfacer las necesidades, deseos y expectativas de los clientes.
En definitiva, los líderes de las organizaciones deben tener el suficiente nivel de inteligencia emocional, social y cognitiva para crear las condiciones tangibles e intangibles que permitan establecer vínculos positivos entre las empresas e instituciones y sus colaboradores.
Cuando el compromiso laboral se sustenta en el ganar/ganar, no hay causas que motiven al personal a dejar la organización. Hoy, no puede crecer ni desarrollarse una organización donde los lazos son débiles y la permanencia de su personal es inestable.