Con credibilidad y firmeza se minimizan los problemas

Con credibilidad y firmeza se minimizan los problemas

Teófilo Quico Tabar

He reiterado en muchas ocasiones la importancia que tiene para cualquier persona o institución, pública como privada, mantener la credibilidad. Especialmente si de alguna manera pertenece a las cúpulas dirigentes. Sobre todo cuando se presentan situaciones de dificultades en uno que otro escenario. Ya que muchas de las cosas que hay que enfrentar dentro de cualquier espacio, se pueden lograr con mayor facilidad cuando quienes ejecutan las acciones o hacen llamamientos cuentan con suficiente grado de credibilidad frente a la sociedad. Pues se pueden lograr de manera muchos más fáciles, esfuerzos comunes de forma voluntaria.

El mundo, sin todavía estar libre por completo de la pandemia del coronavirus que ha afectado a millones de personas, y sin hablar de las consecuencias económicas, está recibiendo los reflejos de un conflicto bélico, en el que, dígase lo que se diga de una parte o la otra, en la población mundial hay incredulidad. La llamada pos verdad. Que significa para muchos, otra forma de mentiras y engaños encubiertos. Abusos, de unos o de otros.

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Así han vivido por años nuestros países. Arrastrando situaciones del pasado cargadas de medias verdades, medias mentiras y encubrimientos. Lo que provoca en la gente la tendencia a dudar de casi todo. Por eso hay que procurar desenmarañar en la medida de lo posible, todo lo que había de falsedad, porque los pueblos, a pesar de las incredulidades producto de los arrastres del pasado, requieren tener confianza en el presente y el futuro.

Y la gran responsabilidad para que la gente crea y confíe; la gran tarea de devolverle al mundo la credibilidad de todo lo que se diga y lo que se haga, la tienen los líderes. Ya que los que crearon los conflictos y deberían tener el valor y la capacidad de resolverlos.

Igual debe ocurrir en cada país. Pues todos los que de alguna forma tenemos responsabilidades públicas o privadas, los que tienen capacidad para crear o modificar leyes, los que deben aplicar la ley y la Justicia, los que deben responder por el orden, así como los orientadores, todos debemos procurar de manera permanente credibilidad ante la gente. Aunque para ello haya que decir verdades que algunos no quisieran escuchar.

Y lo digo porque en otras latitudes y aquí, se crearon una especie de redes en varios aspectos que confunden. Que provocan dudas y suspicacias. Propiciando situaciones en la que cada quien ha pretendido tener la verdad y la solución. Verdades que no salieron a la luz pública y soluciones que nunca lograron. Algunos porque tal vez ingenuamente no se dieron cuenta de que habían caído dentro de la red. Otros porque formaban parte de ella.

De todas maneras, debemos evitar lo que quisieran algunos: que el mundo y sobre todo nuestro país se conviertan en un volcán que pueda hacer erupción en la medida en que se presenten situaciones exógenas o endógenas adversas, para tratar de agudizar las contradicciones.

Por eso reitero que la mejor manera de contener cualquier situación de adversidad es la verdad, la credibilidad y la capacidad de persuasión. Aun siendo enérgicos, actuando con prudencia. Fuertes, pero sin obnubilación.